Jake Bugg
Shangri La
Mercury Records 2013
Poco tiempo ha esperado el nuevo brit guitar hero para adelantar su segundo LP, Shangri-La, cuando aún estábamos paladeando su debut homónimo. En efecto, Jake Bugg (2012), lo primero de este chavalín de Nottingham; sorprendía por su excelente revisión de varios de los clásicos referentes del rock de ambos lados del Atlántico con una frescura y un conocimiento musical impropios de su tierna edad (18 años). Un año después, tras haber girado con Noel Gallagher y Stone Roses entre otros y haber recibido una nominación al Mercury Prize, llega Shangri-La; nombre tomado del estudio del archiconocido Rick Rubin, con quien ha grabado esta continuación en la que han dejado su huella músicos como Chad Smith (Red Hot Chili Peppers), Ian Archer (Snow Patrol) o Brendan Benson (The Racounteers).
Uno de los principales temores a la hora de recibir este disco era la posible pérdida de espontaneidad y frescura con respecto al primer disco, opacada por la lima de Rick Rubin, un productor capaz de regenerar la carrera de artistas como Johnny Cash o los anteriormente mencionados Red Hot, pero también de quedarse con lo poco decente que queda de sus producciones menos inspiradas (los últimos Weezer, Limp Bizkit, The Gossip, etc.). El single What Doesn’t Kill You, con reminiscencias garage y estrofas atropelladas que recuerdan de inmediato a los primeros Arctic Monkeys, daba a entender que Jake Bugg había estado probando cosas nuevas, pero que en el conjunto del disco podía verse como un forzado intento de endurecer su sonido.
Shangri-La muestra dos caras, la primera más inmediata y rockera, la segunda más repleta de medios tiempos y con refinadas pátinas del folk-blues que tan bien le sienta (algo más luminoso en esta ocasión). De esta manera, el single What Doesn’t Kill You queda muy bien empastado, por su potencia e inmediatez, en el comienzo del disco junto al pepinazo de blues sureño Slumville Sunrise (optimista y contagiosa, será sin dudas uno de sus temas más celebrados) y There’s A Beast And We All Feed It, que recoge el testigo de su hit Lightning Bolt y recuerda al Bob Dylan de Bringing It All Back Home. Todo un gran arranque de disco en el que no pararemos de mover instintivamente los pies.
You And Me, es Jake Bugg en su faceta más romántica, tocando temas como las dificultades aparecidas tras la fama (“There are too many flashes and guards around me, there is too little time and places to see, and we can wait so patiently, cause they won’t catch you and me”), notable tema arropado por suaves guitarras a lo Cat Stevens. Messed Up Kids, canción costumbrista de desencanto juvenil, le acerca tanto a Alex Turner en lo lírico como a Everly Brothers en lo rítmico y cierra la parte más enérgica de Shangri-La.
La timidez y delicadeza de Song About Love se hacen algo largas para mi gusto, aunque la voz rasposa de Bugg (aquí con ligeros dejes de Liam Gallagher) levanta la canción sin problemas. En la interesante All Your Reasons no levanta mucho el pie del acelerador, inspirándose en el Neil Young más oscuro, cosa que sí sucede con Kingpin, magnifico blues rock de gran pegada, un certero himno que parece homenajear al La Grange de ZZ Top.
Tras este golpe de energía no encontraremos canciones tan directas en la recta final; aunque salvo la sosa Pine Trees, pueden llegar a crecer mucho tanto Kitchen Table, con ese ligero toque jazz y una voz muy parecida a Lee Mavers de The La’s, como la épica de Simple Pleasures, sobre la que vuelve a dejarse ver la influencia de los primeros Oasis. El espíritu adolescente sobrevuela el cierre de Storm Passes Away (“i’ll live in the rain if you will too, we can ride together, we can ride the weather”), aunque en no pocas ocasiones nos recuerde a los desiertos de Johnny Cash, para cerrar un muy buen segundo álbum, al que se le pueden poner los peros tanto de las renombradas influencias como del escaso tiempo en que ha tardado en llegar, pero que nos hace concebir muchas esperanzas ante el próximo estirón de Jake Bugg.
Juan Pablo Reig.