Concierto entre amigos de Armas Blancas, corto pero intenso, parece increíble que desde 1982 el grupo haya sabido conservar su sonido característico a pesar de la distinta deriva musical de sus miembros, bien patente en las camisetas o en los atuendos que portaban en el escenario. Jesús Fita (voz), Juanma N. Noguera (guitarra), José A. Cuesta (bajo y voces), Francis F. Guerrero (teclado y voces) y Salvador Ortiz (batería y percusión) se reivindican cíclicamente y aprovechan cualquier ocasión para hacer volver al grupo en directo, ya lo hicieron el pasado año en Viveros con la Noche de la Movida Valenciana y demostraron músculo frente a formaciones ya acartonadas de la época. Su sonido es un pop fresco propio de los ochenta, con esos teclados omnipresentes que constituyen el esqueleto de sus canciones, cierto ritmo funky destinado a las salas de baile de la época y una pose moderna y a la vez rockera en el escenario para satisfacción del público.
A pesar de ese sonido propio tan característico y pegajoso (con influencias ya lejanas a Danza Invisible y letras dadaístas de La Dama Se Esconde) y tras un largo bagaje en multitud de directos lograron publicar su propio álbum (Armas Blancas, Polygram 1985) y extraer del mismo tres maravillosos maxis , piezas de coleccionista hoy : “He vuelto a soñar contigo”, su mejor canción sin duda y la que mejor sonó; “El Ritmo del ahogado”, pegadiza composición que no pasó desapercibida en su época y “La máscara (he perdido mi sueño)”.
Su salida tardía en su época, 1984, evita que puedan encauzar su carrera comercial, por un lado comienza a arrasar en Valencia los sonidos industriales oscuros (EBM que anunciaban el Bakalao) y los ritmos de pop melódico y funk, carne de los 40 Principales (Presuntos Implicados). Eso no les deja espacio en el mercado nacional y se desvanece el grupo (que no sus actuaciones esporádicas en directo), solo Perros de Lluvia, efímera formación de su vocalista Jesús Fita y el teclista Francis F. Guerrero les sustituyen.
De esa formación rescataron esta noche una canción (“Perros”), con el resto del set nos regalaron integro su álbum seminal con un sonido impecable, acompañado de los bailes espasmódicos y excitantes de su vocalista marca de la casa, y final de fiesta con el “Ritmo del ahogado” con todo el público bailando. Eso sí, se echó en falta material nuevo que se acoplara a su repertorio o una nueva puesta a punto de sus canciones de siempre, cumpliendo ampliamente con lo que esperábamos de ellos. Quedamos emplazados hasta la próxima y segura resurrección del grupo. ¿ Para cuando Manía, Falsa Pasión, Los Vamps…? La lista es larga y los tributos pendientes de singulares grupos valencianos de época siguen ahí, esperando .
Killing Bambies (no confundir lógicamente con los Killer Barbies, aunque en idéntica sintonía), nos regalaron una actuación original que bebe de nichos musicales todavía vírgenes e inexplorados. Acoplar la canción ligera española a los cánones de una formación hardcore, ¡ahí queda! La cantante de la formación con un potente chorro de voz y abundante desparpajo, no pasó desapercibida entre el potente muro de sonido de guitarra que se adueñó de la sala. Podrán tener cobijo en los múltiples y subterráneos circuitos del ramo, pero sin material propio no lograran tener recorrido, futuro son.
Texto y fotos: Carlos Climen
Joer…se me está poniendo el cuerpo de jota…..Gracias por estos cariñosos comentarios….Esto hace que me den ganas de liarla otra vez… A ver si nos ponemos tontos y celebramos el !!!!!!!.., 35 aniversario!!!!!….
Muchísimas gracias por la crónica, los comentarios y detallazo mención Perros de lluvia… Mil gracias y desde mi teclado, 2000 gracias