Este viernes pisará las calles “Burn Something Beautiful”, el nuevo disco de Alejandro Escovedo, un trabajo que vendrá a presentarnos en directo, acompañado de su banda, a mediados de marzo. La gira empezará ese mes en Valencia, el día 15, y finalizará en Bilbao el 21. Entre ambas ciudades, tres conciertos más: Cádiz el 16, Zaragoza el 19 y Madrid el 20. Mañana martes a las 10 de la mañana se pondrán a la venta las entradas para estas actuaciones. Volviendo a “Burn Something Beautiful”, decir que se trata del primer LP que Escovedo saca desde “Big Station” (2012), el tiempo sin publicar más largo que ha estado en su carrera. Un álbum, al que su autor sitúa ya entre sus favoritos de los catorce que ha firmado a lo largo de su trayectoria, que es un reflejo de toda una vida entregado en cuerpo y alma al rock\’n\’roll, pero también de la espiral de su vida durante los dos últimos años. A saber: en ese período se ha curado definitivamente de la hepatitis C, ha cambiado su residencia de Austin a Dallas, se ha casado y ha estado a punto de morir (precisamente en su luna de miel) por culpa de un huracán.
El disco es también el fruto de su colaboración con Peter Buck (R.E.M.) y Scott McCaughey (The Minus 5, Young Fresh Fellows), quienes figuran como coautores de canciones y productores del mismo. Otros nombres que han participado en su elaboración son Kurt Bloch (The Fastbacks), John Moen (The Decemberists), Corin Tucker (Sleater-Kinney), Kelly Hogan y Steve Berlin (Los Lobos). En una reciente entrevista concedida al «Dallas Observer», Alejandro ha comentado que “ha sido realmente una las mejores experiencias que he tenido grabando un disco. Scott y Pete, con su trabajo, me sacaron fuera de mi zona de confort, pero me llevaron a un sitio que me gustó mucho”.
Para captar delante de quien estamos viene al caso recordar que Escovedo recibió el título de «mejor artista de los 90» en las páginas de la revista ‘No Depression’, publicación seminal en los últimos lustros cuando hablamos del rock de raíces estadounidense y sus aledaños. Miembro de una saga familiar, los Escovedo, que incluye a Pete (percusionista de Santana), Sheila E (batería de Prince), Mario (miembro del grupo de hard rock The Dragons) y Javier (del de punk-rock The Zeros), Alejandro luce un discurso musical con más treinta años de solera. En los 70 formó parte de la ráfaga punk inicial de la Costa Oeste con The Nuns, en los 80 de la del cowpunk con Rank And File y True Believers, en los 90 encontró su voz en primera persona con discos que todavía resuenan con fuerza -como «Gravity» (1992) y «Thirteen Years» (1994)-. En 2003, a raíz de una hepatitis C que puso su vida en peligro (y que como decimos más arriba ya ha superado), surgieron homenajes como el tributo «Por vida» (2003), con Calexico, The Jayhawks, Ian Hunter y Cowboy Junkies, entre otros, rindiéndole honores. A esos fans hay que sumar colaboradores de su última etapa de la talla de John Cale -que le produjo «Boxing Mirror» (2006)-, Chuck Prophet y Bruce Springsteen.
