Polar siempre han sido de no hacer ruido. Bueno sí, pero no de ese modo, a ver si nos explicamos. Su imagen sobria pero al mismo tiempo sensible, contundente y frágil, nunca casó con las modas ni con las tendencias musicales que surgieron durante los más de 15 años de historia de la banda. Sin embargo, los más melómanos, los que leen la letra pequeña, los destacan como un grupo único en el panorama nacional, referente del slowcore, las melodías prístinas y la distorsión más fiera y musculosa. Su desaparición en 2010, después de seis discos, varios EPs y singles, fue también en silencio, solemnemente.
Por eso sorprende su regreso en 2016 con su actuación en el Deleste. Es sin duda un regreso a lo grande, por lo alto, pero en el fondo, muy fiel a su estilo. Una aparición en un festival de pequeño formato, para actuar en un auditorio, donde desplegar su sonoridad orfebre y sus ambientes tensos. ¿Las razones? Ellos dicen que surgió de la misma manera que se montan los grupos por primera vez: unas cervezas tras un concierto, una charla sobre canciones y discos, y una oportunidad de juntarse como grupo. Fue un poso que fue creciendo poco a poco, alentado por la posibilidad de tocar sobre un escenario que aún no habían pisado, perfecto para sus canciones, con un público exigente que busca algo más. Después la magia hizo el resto. La magia de sus canciones, como “Nothing Left To Say”, “41” o “The Hunting Bird”, la de sus guitarras, inconfundibles, la de su base rítmica, parsimoniosa pero imperturbable, deliciosa. No sabemos si habrá continuidad, ahora mismo no es momento para preguntarse estas cuestiones, sino tan solo de disfrutar de una oportunidad, sin duda alguna, única.
Deleste 2016 · Valencia · 4 y 5 Noviembre La Rambleta
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