En un lugar poco usual para realizar conciertos (la tienda Madame Mim del barrio de Ruzafa en la que puedes encontrar ropa, objetos y mobiliario vintage), tuvo lugar en Valencia la primera parada de la gira española de Ana Threat, que la llevará a Barcelona y Pamplona en los dias siguientes. Inmersa en la escena musical y arty de Viena desde mediados de los 90, formó parte de bandas como The Happy Kids y Kristy & The Kraks, publicando en sellos independientes como Totally Wired Records y Trash Rock Productions.
Con su primer disco «Cold Lve» publicado por la discográfica Cut Surface, la vienesa Ana Threat, alter ego de Kristina Pia Hoffer, nos presenta una colección de temas rock´n´roll reminiscentes de los años 50 interpretados con altas dosis de distorsión y espíritu riot grrrl. Por poner un ejemplo, las canciones de Ana Threat serían similares a las de unos Raveonettes pasados por un filtro distorsionado y espectral, o el garage de unos Cramps en lo-fi. Como si fuera una one-woman-band, Ana Threat acompañada de su guitarra Silvertone, unos cuantos pedales y caja de ritmos, interpretó el álbum «Cold Lve» casi en su totalidad. Se centró en las canciones más accesibles, como la que da título al disco, con un vibrato omnipresente.
La puesta en escena fue sobria, apareciendo Ana con una mantilla sobre el rostro que dejó al descubierto poco tiempo más tarde. Su voz también se escucha distorsionada, y acompaña las canciones con gritos guturales. Otra de las canciones que escuchamos fue «Dead Moved», construida sobre un ritmo obsesivo, y la versión de The Drifters «Please Stay» que enlazó con «Johnny Johnny», una pieza propia que toma sonidos de rock´n´roll clásico. Presentó «The Walk pt.2», un tema de los más pausados del álbum con el que se revolcó en el suelo aferrada a su guitarra y se despidió con «House Of Wired» a un ritmo machacón, ante un público que disfrutó de su actuación. Sin duda, las influencias de Ana Threat son claras, pero las hace propias y eso le otorga un plus de autenticidad.
Carlos Ciurana