A Yo Diablo les seguimos la pista por trabajos tan inspirados como «Serpientes», un disco primerizo que ya apuntaba maneras allá por 2019, o ese álbum conceptual y aún reciente que es «Häxan». Este 2024 los valencianos nos han ido regalando diferentes adelantos del que será su nuevo LP, a cada cual más diferente: si en «Balas» invocaban por igual el espíritu de Link Wray que las hechuras de Guadalupe Plata, en «El ruedo» fusionaban alegrías flamencas, stoner rock, el maestro y el bolero de Ravel… para acabar regalándonos hace apenas un mes esos «Besos» que nos sabían tanto a Las Grecas como a las mismísimas ABBA.
Nada extraño pues que este «III» que por fin llega a nuestras manos suene a mil y un diablos. Y a tropecientas influencias. Eso sí, todas tratadas y filtradas con un gusto exquisito, con tanta pasión como respeto, con tanta libertad como reverencia. Marcos Herrero, guitarra, y Víctor Vila, batería, continuan en este nuevo larga duración ahondando con la misma pasión en sus filias: el rockabilly de vieja escuela, el jazz etíope de Mulatu Astatke, el hard rock de ZZ Top, el gipsy rock de Las Grecas… e incluso el techno valenciano de los 90.
Aunque manteniendo como base la guitarra flamenca-fingerpicking y la batería, sello personal de Yo Diablo, el dúo no ha dudado en experimentar en estas últimas grabaciones con otros instrumentos como pueden ser saxos, sintetizadores y percusiones. Como si no hubiera límite alguno. Sin ataduras. Sin complejos.
Cocinado casi en su totalidad en La Mina codo con codo con Raúl Pérez —ubicuo productor al que debemos trabajos muy aplaudidos de otros artistas nacionales como Pony Bravo, Novedades Carminha, Adiós Amores, Niño de Elche, Sen Senra o Vera Fauna, entre muchos otros— este muy esperado «III» también contiene alguna que otra sorpresa añadida posteriormente, como una versión de «Chica Bonita», la mítica rumba de los no menos legendarios Los Amaya.
Lo dicho: Yo Diablo se atreven con todo, hasta con una rumba. Ya lo dice el refrán: «Más sabe el diablo por viejo que por diablo«. Y se ve que a estos dos los años les sientan de maravilla…
