Crónica de conciertos: Scorpions + Phil Campbell & The Bastard Sons – Marina Sur, Valencia. 11-07-2024


El pasado jueves 11 de julio fue una noche de rock como las que no se recordaban en Valencia, gracias a The Music Republic. Es cierto que han pasado grandes bandas por la Marina Sur de Valencia, incluidos los Iron Maiden, pero de esto ya hace bastante más tiempo. Sin embargo, no recordaba haber visto a Scorpions, la mejor banda de rock alemana por la terreta. Y esto, no lo digo yo, lo dicen los álbumes que llevan firmados a lo largo de sus más de 59 años de carrera, sí, no leéis mal, se fundaron en 1965. No será nuevo para ninguno de los asistentes que son una banda que tiene buenas condecoraciones, y por eso podemos decir que son los reyes del rock alemán.

Pero empecemos por el principio, a pesar de un ligero retraso en el reparto de acreditaciones que casi nos impide llegar a tiempo a los teloneros. Phil Campbell & The Bastard Sons fueron un gran comienzo, para aquellos que se vieran sorprendidos os lo pondré fácil, Phil Campbell fue el guitarrista de la mítica banda Motörhead. Una vez sucedió la muerte del líder de Motörhead, Lemmy Kilmister, Phil decidió en el 2016 emprender con su banda y en ella con sus otros 3 hermanos: Todd Campbell, Dane Campbell y Tyla Campbell, además del vocalista Joel Peters. Sinceramente, fue una delicia, la disfrutamos mucho. La noche pintaba muy bien.

Después de un ratito para coger una cerveza antes del esperado inicio de los Scorpions, se cernía una noche única, no es para menos, los alemanes venían celebrando el 40 aniversario de su grandísimo álbum Love at First Sting, su noveno álbum de estudio, datado del 1984. Como se esperaba, se venía una noche de rock para recordar. La velada vino dada por el tema «Coming Home», que empieza con una pequeña intro, para después despegar el poderío de los riffs y su dulce bienvenida a casa de estos veteranos del rock. La gente se vino arriba y empezó a vibrar.

Pero no todo iba a venir del álbum Love at First Sting, siguieron del Rock Believer (1980) la canción «Gas in The Tank», o del Animal Magnetism (1980) otras míticas como «Make It Real», «The Zoo»… Recordemos que este último álbum fue certificado por la RIAA como Oro en el 8 de marzo de 1984, y Platino el 28 de octubre de 1991. En resumen, el concierto tuvo un principio espectacular para todos los melancólicos del buen rock y sus potentes melodías. Seguía otro temazo del álbum Lovedrive (1979), que personalmente me pone la piel de gallina: «Coast To Coast». Con este tema pudimos cerrar los ojos y volver a los 70/80s, igual deberíamos habernos cardado el pelo y salir con las chupas de cuero, para unirnos a los múltiples solos que dieron cuando se ponían mano a mano de los grandes Rudolf Schenker y Matthias Jabs.

Sin embargo, ya llevábamos un ratito distanciados de la esperada noche del Love at First Sting. Por lo que «I’m Leaving You», y sus pegadizos coros nos dieron de nuevo en la cara para que todos cantáramos excitados porque como dice la canción I can’t stay. Seguido de una marcha militar, «Crossfire» entró en escena con el bueno de Mikkey Dee a la batería, abriendo paso a Klaus Meine con su siempre inmaculada voz, y que todos pudiéramos entender que (Understand) that we love our life. Por supuesto Klaus, no queremos luchar, queremos sobrevivir y amamos la vida, porque nadie sobrevivirá. Este tema, es el himno que necesitábamos en el meridiano del concierto, con esas afiladas guitarras azotando entre sus estribillos.

No menos afilados fueron de nuevo los riffs en «Bad Boys Running Wild» o si nos ponemos más románticos, la canción «Delicate Dance» (del MTV Unplugged) que tiene como protagonista a Matthias. Fue un momento para coger de nuevo aire y deleitarse con su dulce melodía. Pero no menos brillantes fueron los temas que no dieron respiro para ponernos a cantar, del Crazy World (1990) vinieron seguidas las míticas «Send Me An Angel», «Wind of Change» o «Tease Me Please Me». Muy explícito fue el fondo del escenario con esta última, a más de uno y una le sacó seguro una sonrisa pícara. Además, dudo que hubiera un alma en ese recinto de la Marina Sur que no cantara “Here I Am, Will You send me an angel?” o no silbara con «Wind of Change».

Para el preludio antes de concluir el concierto, iba a venir un poco de caña, con temazos como «Peacemaker» (del mencionado Rock Believer) o «The Same Thrill», donde todos nos vinimos arriba para cantar el estribillo y sentir la misma emoción, o como diríamos en inglés To get the same thrill (like rock and roll). Después de la cual, Mikkey se dio el lujo de deleitarnos con un solo muy interesante de batería.
No engaño a nadie fanático de Scorpions diciendo que todos esperábamos que «Blackout» estuviera en su repertorio. ¿Cuántas noches habréis ido a garitos de rock y habréis vibrado con este temazo del álbum homónimo (1982)? Yo puedo hablar por mi mismo, muchas. Y es un himno de los alemanes por algo, sus firmes acordes, su estribillo, su sentido día perdido… Comentaba de himnos, pero «Big City Nights» es uno más que han sonado y mucho, y siguen ejecutando a la perfección en todos los recintos que han tocado.

Un pequeño descanso, y vino el bis, por supuesto, nos siguen queriendo los alemanes. No dejaron de tocar «Still Loving You». Alguna lágrima se nos cayó a alguno que otro de los asistentes. Su balada por excelencia, fue aplaudida, y se inundó todo el recinto de móviles grabando y mecheros virtuales. Para dar su broche final a una más que frenética noche majestuosa de rock, nos complacieron y dieron ganas de hacer headbanging como solo ellos podían hacer, con «Rock You Like a Hurricane». Disfrutar es poco, amigos. ¡Vaya noche! Quedaron ganas de más rock a pesar de su más que digno setlist y concierto. La gente pidió más, como era de esperar. Los Scorpions se despidieron, dieron las gracias a los asistentes de Valencia y aunque llevan tiempo diciendo que se retiran, ¡no queremos que lo hagan!

En resumen, aparte de un gran repertorio, un recinto absolutamente lleno por todos los lados y que hicieron un magnífico espectáculo de luces, con fieles temáticas en el fondo de cada uno de sus temas. Estos veteranos cumplieron con el público, se juntaron en muchas ocasiones para tocar desde más cerca del público ambos guitarristas, e incluso se unió el bueno de Pawel Maciwoda (bajista) a la fiesta, junto al
inimitable Klaus. Cumplieron, sin duda. Son los reyes del rock alemán por algo, al César lo que es del
César.

Texto y fotos: Raúl Hernández

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