El pasado sábado 24 de febrero tuvimos una experiencia que nos ha hecho ilusionarnos a tod@s en el Loco Club, en Valencia, una sala que sin duda ha tenido en sus veladas rockeras a grandes grupos. Cabe destacar antes de contar de lo que más nos gusta hablar, la buena música, que desde Pilotos Suicidas vinimos a arropar a Neverland Bari (NB). Como bien nos trasladó Koke (su frontman), ellos se consideran personas muy sensibles, y que no sabían si cancelar este bolo, debido a la muy triste tragedia que vivimos en Valencia el pasado 22 de febrero. Desde Pilotos Suicidas queremos enviar todo el apoyo a los afectados y los familiares de los mismos. Neverland Bari recibió el ánimo de múltiples medios, por lo que decidieron seguir adelante con el bolo. Y por supuesto, nosotros también queríamos estar ahí y apoyar con nuestro aliento, nuestro cariño y algunos momentos inolvidables, capturados desde nuestras fotos, lo que haría muchísima ilusión a todos los presentes.
¡Comencemos! No os voy a engañar, yo a esta banda emergente, criada en Extremadura y madurada en Madrid, la conocía por un buen colega que conozco de hace unos cuantos años. Una magnífica persona y músico, Daniel Llanos, su guitarrista solista. Personalmente, llevaba tiempo siguiéndole sus stories en Instagram, y me preguntaba, por qué ese grupo para el que tocaba con otros jóvenes con muchísimo talento, estaban revelándose como un grupo revelación con una máxima muy descarada: “si no logramos emocionar a la gente, nos bajamos de la música”. Pues bien, ahora la entiendo, en disco suenan bien, pero luego existe otra línea de artistas, que si suenan bien en disco, deberían sonar mejor en directo. Y me flipa decirlo así de claro, Neverland Bari son ese tipo de banda. Cabe recordar para quien no lo sepa, que su primer sencillo, Acero inolvidable, vio la luz el 15 de abril de 2021, convirtiéndose en la canción ganadora del concurso nacional de bandas realizado por Último Acorde, el cual tuvo una gran acogida entre los oyentes.
Pero vayamos al meollo, el concierto empezó con temas como Órbitas Perfectas, Acero Inolvidable, hasta llegar a uno de sus temas emblemáticos: Termocardiovascular. Donde no creo que sea el único allí presente al que se le pusieron los pelos de punta. Es sin duda, un tema que llega a lo más profundo de los oyentes con la suave voz de Koke. Al cual se le ve muy seguro en el escenario, llevando con elegancia y carisma al público. Este chico apunta buenas maneras para ser destacado en la escena indie rock
Por otra parte, Hipnótico Lunar, de su homónimo single, llegó y aquí se podían apreciar una vez más sus ritmos intensos de guitarra liderados por Dani y Rick, acompañados por Koke como rítmica o JuanPe al bajo. La noche tendría otras sorpresas esperándonos, incluída una canción “secreta” (salvo que hayáis visto en directo antes a NB) llamada Borealis, que ojalá en algún momento, podamos escucharla en nuestros hogares, un regalo muy a la altura. Para más tarde, encontrarnos con otro tema que llega mucho. Me gustaría destacar Pearl Harbor, todo un himno de NB con el que nos dan ritmos en forma de brisas con sus marcadas melodías. Después La Reina Invisible, de otro de sus singles, recuerda tintes rockeros a los antiguos discos de La Fuga.
Llegando ya al meridiano del concierto, no podía faltar otro tema de los que acabarán siendo un himno cuando estos chicos empiecen a ser más reconocidos musicalmente, San Vicente do Mar: “Que Suene Sidonie y que Arda Bogotá! ¡Que nadie nos encuentre! Que vuelva Interstellar”. Aún suena en mi cabeza después del concierto. Pero cuando comentaba que este grupo no solo es joven, sino que tiene muchísimo talento, lo comentaba, porque todos los miembros aportan y suman. Por ejemplo, Álex, su batería (y coros) comenzó la intro de un tema que tiene tanta fuerza como ellos quieren darle, El Ciclón, fue empezada por un solo de batería que Álex bordó, y que Koke siguió y nos encandiló con la fuerza del ciclón, y que dé más fuerza la razón, como ellos mismos recitan en su letra.
Casi teníamos acabado el concierto, pero otros temas como su homónima de su ópera prima, Zona Cero, o Mentiras de Mxxxx. En resumen, temas que llegan a la amplia variedad de edades que nos encontrábamos expectantes. Canciones que invitan a cantar, a gritar, a dejar atrás las frustraciones, las malas vibras. A seguir sonriendo, con ilusión, con energía renovada. Para finalizar, Bandera Blanca inundó de banderas blancas la Loco Club, con NB por insignia, de repente todas las cabezas se volvieron banderas al unísono. Acabó el concierto, y nos hemos ido satisfech@s. Un grupo que sin duda, va a dar mucho que hablar en grandes festivales este 2024 y que hemos tenido la fortuna de verlos en una sala que me encanta, gracias Loco Club y sobretodo, gracias Neverland Bari!
Un abrazo fuerte!
Texto y fotos: Raúl Hernández López