Dick Dale
Sala Wah Wah. Valencia, 13 de Abril de 2010
Organiza: PlayProducciones
Cuando uno piensa en un hombre de 73 años, le viene la cabeza la imagen de un afable ancianito, aún algo jovial, con una vida tranquila y apacible. Con sus paseos, partidas de dominó, y rodeado de nietos. Pero los afortunados que estuvimos en Wah Wah, vimos algo totalmente opuesto a esa imagen, quiza algo visoña y típica. Porque lo que nos encontramos, fue un tipo mayor, obviamente, esos 73 años pesan, pero vestido como el lider de una banda de matones de Blade Runner, con una coleta y una cinta en el pelo que le daban un aire místico y macarrónico. Con una actitud propia de una estrella del rock, sabedor, que a pesar de que su piel empieze a descolgarse, todos y cada uno de los asistentes de la sala, darían lo más preciado por tocar la guitarra como él.
Vayamos a detallar lo acontecido en la sala…
El Rey del Surf instrumental revalidó su título ante un público ávido de sonidos eléctricos que copaba las primeras filas del escenario de Wah Wah desde la apertura de la sala. Primero tuvimos la actuación inesperada de una jóven que acompañada por la banda de Dale abrió boca con temas sesenteros, incluido el «Boots» de Nancy Sinatra. A sus 73 años Dick Dale aguanta el tipo en excelente forma y es un placer ver masturbar a su guitarra Fender Stratocaster y hacerla gemir. Los sonidos de su guitarra se escucharon desde la puerta del camerino, del que salió haciéndola sonar.
Una explosiva «Nitro» dió el pistoletazo de salida para recordar temas que forman parte del recuerdo, como los sonidos western de «Ghost Riders In The Sky», o el exotismo de «Hava Nagila». Dale se hizo acompañar de un bajista y un batería, y haciendo gala de su buen humor repartía guiños y besos entre las féminas de primera fila; entre su repertorio escuchamos versiones de «Louie Louie», «House Of The Rising Sun», «Fever», «Hey Bo Diddley» o «Ring Of Fire».
Otro de sus trallazos, «The Wedge», hizo bailar a un ritmo frenético al público, al igual que «Let´s Go Trippin». Hasta le dió tiempo de demostrar sus habilidades con la harmónica, la trompeta (imitando a Louis Armstrong) y golpear la bateria y las cuerdas del bajo. Casi al final de la actuación llegó su tema más conocido, el mismo Dale nos puso sobre aviso al imitar con los dedos sobre sus ojos el baile que Travolta y Thurman se marcan en «Pulp Fiction» con «Misirlou», llegando la locura hasta el punto que una chica subió a bailar sobre uno de los monitores.
Al despedirse, nos recordó al público que somos su razón para continuar. Sin duda alguna, Dick Dale dió un gran espectáculo, una de las leyendas vivas del rock.
Texto: Carlos Ciurana & Xavi Hernández
Fotos: Carlos Ciurana