A falta de datos más concretos por parte de la organización, el FIB 2011, despojado ya de la etiqueta que le ha acompañado los últimos 8 añosa de una conocida marca cervecera, ha presentado unos datos de asistencia sobresalientes, igualando los registros de la edición de 2009, pero con una mejor organización y alejando los malos augurios que se presagiaban tras la edición de 2010, bastante más floja en cuestión de asistencia.
50.000 asistentes por día, arrojando un total de 200.000 en las 4 jornadas de festival, hacen que el FIB siga siendo el festival de referencia de la época estival a nivel nacional.
17 ediciones, que aunque la organización (siempre de manera extraoficial) apunte que un 55% eran extranjeros (ni mucho menos, rondarían asi a ojo el 75 fácil) no da muestras de debilidad aparente, a pesar de la feroz proliferación de festivales veraniegos con atractivas propuestas. 2012 será un año clave, mayoría de edad para el festival y ojo, no hay Glastonbury (motivos de seguridad al coincidir con las Olimpiadas de Londres) lo que puede llevar a una posible masificación en la costa Valenciana.
Pero son detalles que la organización tendrá en cuenta. A titulo personal, os cuento, que ha sido un buen festival, ni de lejos con las aglomeraciones sufridas en 2009 y solo vivimos momentos de caos en momentos puntuales a la salida del escenario principal de los cabezas de cartel. El FIB crece y lo hace en todos los sentidos.
Os desgranaré cada una de las jornadas…
Jueves:
Con el sol poniéndose en Benicassim, entré al recinto para coger buen sitio en el escenario principal, el Maravillas, y ver la actuación de Russian Red. Lourdes Hernández, independientemente de sus comentadas inclinaciones políticas, ofreció una sobria actuación, donde con una banda elegantemente ataviada, presentó su nuevo disco Fuerteventura y mezcló con sus éxitos de su primer disco para gozo de los primeros asistentes al festival. Canciones como «Cigarrettes» o «Fuerteventura» empezaron a edulcorar los oídos.
Sin ganas de ver el directo de Julieta Venegas, y tras recargar pilas nos presentamos en el FIB Club para ver a Dorian. Casi playback en todas sus canciones, cantadas al unísono con locura colectiva en «A Cualquier Otra Parte», «La Tormenta de Arena» o «Paraísos Artificiales», la banda, entre emocionada y extasiada no pararon de agradecer al público el entusiasmo.
Cuando llegué a Congrotonics, se bajaban del escenario tras un intenso bolo de 2 horas que hizo sudar a todos, así que me fui para ver a uno de los grupos más de moda del panorama indie, unos Crystal Fighters que congregaron a una gran masa de fans ansiosos de ellos, y no defraudaron. Aunque el FIB Club falló en ocasiones con su sonido, no pararon de bailar con canciones como «Solar System» o «Champion Sound» para cerrar con la excelsa «Xtatic Truth», canción que les ha catapultado al estrellato e hizo las delicias de todos los allí presentes.
Casi sin tiempo en el Maravillas, que este año sonó estupendamente, sonaban los cabezas de cartel de esa jornada, The Streets, y a base de Hip Hop gamberro, género que este año ha parecido consagrarse, supieron hacerse con la gente y disipar la controversia que la condición de estrellas de la jornada, habían desatado.
Luego me llevé una grata sorpresa, la de Chase and Status y su explosiva mezcla de Rock y Hip Hop, que con canciones como «Fire In Your Eyes» pusieron la nota muy alta e hicieron que la locura colectiva fuera en aumento.
A renglón seguido, en el FIB Club actuaba (pinchaba) Gasteiz Gang, proyecto de dj’s integrado por el mítico Juan Vitoria, su hija, y ahí es nada, el gran Gaizka Mendienta, leyenda del Valencia de los 90 y amante de la música. Con ese reclamo, gran número de los Fibers aparecieron ataviados con pelucas rubias o camisetas de la época, para esbozar una sonrisa del sorprendido Mendieta. De la sesión mejor no hablar, ya que la mayoría de las canciones venían ya grabadas y se dedicaron más a saludar al público y a enseñar los vinilos de los grupos que sonaban, y no se pusieron los cascos ni una sola vez. Anecdótico.
Pendulum rememoró a la actuación de Prodigy del año pasado y convirtieron el escenario principal en una gigantesca rave que a base de trallazos hicieron que la gente se extasiara. No son nada del otro mundo, pero canciones como «Slam», «The Vulture» o «Show Down» ayudan bastante.
Y hasta aquí dio de si la jornada inaugural, no habían pilas para más.
Texto: Xavi Hernández
Fotos: Archivo FIB/Oscar L. Tejada y Liberto Peiró
Para gustos colores. Me guardo mi opinión sobre este cartel…