Fueron varios los elementos que contribuyeron a que la de ayer fuera una velada un tanto extraña y que nos dejó con la sensación de haber podido disfrutar de una gran noche de rock and roll que se quedó a medias.
En primer lugar la escasa afluencia de público. La lluvia, que en esta ciudad paraliza todo cuando hace acto de presencia, la avalancha de conciertos habida últimamente y el partido de fútbol Valencia – Real Madrid, dejaron como resultado una escasa asistencia. Por cierto, la organización podía haber tenido en cuenta este evento deportivo a la hora de determinar los horarios, pues abrieron puertas una hora más tarde de lo anunciado y comenzaron los conciertos prácticamente al finalizar el partido, esperando a un público que apenas se incrementó.
En segundo lugar, la escasa duración de los conciertos. Excepto el del cabeza de cartel Jack Oblivian, que rondó la hora de duración, los sets de Harlan T. Bobo y The Limes apenas constaron de 5 canciones cada uno. Algo insuficiente para saborear su propuesta, dejándonos con ganas de más, sobre todo al que suscribe estas líneas en el caso de Harlan, pues tras presenciar su impresionante actuación anterior en Valencia, tenía muchas ganas de volverlo a disfrutar.
Y en tercer lugar, la impresentable actitud del personal de la primera fila. Sobrepasados de alcohol y de malas maneras, creyéndose los amos del concierto y molestando más que animando a los músicos. La peor parte se la llevó Jack Oblivian, quién aguantó siempre con una sonrisa y algún comentario irónico sus acosos e incluso se vió casi obligado a interpretar una versión del «Hey Bo Diddley».
Pero a pesar de todo, quedémonos con lo interesante, que sí que lo hubo y mucho
Sobre todo, cómo los mismos músicos cambiando de instrumentos y de líder, pueden variar sus sonidos dentro de un mismo estilo, en este caso el rock and roll, revelándonos unas cuantas de sus múltiples facetas.
La primera mini-actuación vino a cargo de Harlan T. Bobo. A la guitarra, con traje raído y gorra de camionero americano con el logo de «Sucker» (título de su último disco) comenzó con una versión algo más country de «Left Your Door Unlocked» y con «Too much love» pertenecientes a su primer trabajo, incrementando el ritmo en sus últimos temas como «Energy», todo ello en una línea más indie rock.
Después, Harlan pasó al bajo, Jack a la batería y salió Shawn Cripps a la guitarra y voz para convertirse en The Limes, esta vez ofreciendo un rock más pantanoso y blues, con canciones como «Old Evil River» o «Die In A Motorcar».
Y para finalizar, Jack dejó la batería y se puso al frente con guitarra y voz, para dar paso al show más esperado por el personal, el del antiguo miembro de The Oblivians.
Esta vez nos introdujo en un sonido, más garajero y con influencias soul y de rock and roll clásico, sin dejar de lado el punk de sus inicios. Dió un repaso sobre todo a su último disco «Rat City» con temas como el ya citado, «Mass Confussion» o «Lover Please», finalizando una noche que no estuvo mal pero que pudo haber dado mucho más de sí.
Dan Defensor
Dan Defensor.
