Sábado
Arrancaba la jornada del sabado con ganas, Noel Gallagher, idolo de vuestro querido redactor desde hace años, aterrizaba en el festival, y con el, la vuelta de los Stone Roses, el marco era incomparable y las ganas eran tremendas. Pero la velada me iba a deparar más sorpresas.
La primera fue en el FIB Club de la mano de Ham Sandwich. Sorpresón mayusculo de esta banda que hay que apuntar en rojo e intentar disfrutar de ellos en directo. Vivos, intensos y muy, muy adictivos, en algunos momentos me llegaron a recordar (salvando las distancias) a Arcade Fire, sobre todo en la movilidad de su guitarrista, que no dudó en bajar al público a interaccionar con el populacho, que copaba el escenario a las 8 de la tarde, algo muy significativo, hay que seguirles la pista.
En el escenario Maravillas me encontré con School of Seven Bells, que no se les hizo gran tan magno escenario con elegancia y clase, y gracias a temas como White Wind, Lafaye o Sempiternal, se ganaron al público asistente.
Tras tomar fuerzas y maldecir por no llegar a ver a Buzzcocks, me aposté para ver al mayor de los Gallagher, que tras abandonar Oasis de manera abrupta en 2009, se ha enmarcado en un proyecto con Noel Gallagher’s High Flying Birds en la que con un notable disco debut, ha hecho sombra a su hermano pequeño y resto de compañeros de Oasis en Beady Eye, y en ese pulso que parecen mantener, con datos objetivos, ha ganado Noel.
Arrancó el bolo con It’s Good To Be Free, cara B de Oasis y clara puyita a sus ex compañeros, que con una destacada banda de acompañamiento, Noel susurró con dulzura y entusiasmo. Sus nuevos temas, como Everyboy’s On The Run o Dream On, confirmaron que Noel va en serio, y que el público, que como he dicho en la otra parte de la crónica era mayoritariamente británico, cantó como si ya fueran himnos consagrados. El concierto siguió compacto y homogeneo, pero tuvo tus cuotas de éxtasis con If Had a Gun, emotivo tema nuevo, A.K.A What a Life o preciosa balada de Oasis Talk Tonight.
Pero el momento cumbre vino con el final. Soy fan de Oasis desde 1995, cuando un amigo me puso el Morning Glory recién salido del horno en su casa y me transformé al instante. Los he visto en directo en numerosas ocasiones, pero nunca, nunca, he escuchado Whatever en directo. Solo un pequeño amago en el concierto de Oasis en el FIB de 2009, pero Noel la rescató para esa noche, e hizo que mis ojos se llenaron de lagrimas, el momento fue espectacular, pero ya lo culminó con un Don’t Look Back in Anger que el karaoke colectivo sorprendió al propio Noel, e hizo que la hora escasa de concierto se le quedara más que corta, y a mi más aun.
Tras el acumulado de sensaciones, me esperaba otra buena, la vuelta al ruedo de los Stone Roses. Y no defraudaron en absoluto. Con un escenario Maravillas lleno hasta la bandera, los de Madchester salieron a darlo todo. I Wanna Be Adored abrió la actuación e hizo que se desatara una locura general que no paró en toda la noche. Ian Brown estuvo bastante correcto a las voces, pero para un servidor, fue John Squire quien destacó por encima del resto, que elegancia y manera de tocar. Los hits se fueron sucediendo, She Bangs The Drums hizo saltar las alarmas de que aquello era grande, pero el lisergico final con I’m The Resurrection hizo que ese concierto quedara marcado a fuego en mi memoria.
Tras la sobredosis de emociones, cerré la noche en el FIB Club con Blanca DB y Don Gonzalo, que hicieron bailar hasta el amanecer a los valientes que aun tenían aun fuerzas.
Domingo
Arrancaba con fuerzas justas la ultima etapa del FIB 2012, y con el rock épico de The Antlers en el FIB Club llegaban las primeras ordas de británicos. Tras ellos, Cooper iba recibiendo en el Maravillas a los españoles que aún disfrutan con el gran Alejandro, que domina la escena como nadie, y aunque el público no fuera numerosos, salpicó con su pop fresco y melodioso el escenario, regalando su tema Hyde Park a los ingleses que copaban el recinto (en castellano además, para que la dedicatoria les llegara mejor!).
Spector en el Trident Senses tenían mayoría de público a su favor, y son estética ochentera, ganaron adeptos con canciones como Celestine o su brillante final con Never Fade Away. Pero si a estéticas nos referimos, los ganadores de la noche fueron The Vaccines. Con un look más grunge que nadie, y melenas sucias y descuidadas, llenaron ya bien temprano el escenario Maravillas, y se ganaron a el respetable con canciones como No Hope, Teenage Icon, Blow It Up o Norgaard, con la que cerraron una brillante actuación.
Una de las sorpresas del festival fueron Totally Enormous Extinct Dinosaurs (T.E.E.D), que a horas intempestivas para su música, pusieron patas arriba al FIB Club con su electrónica martilleante. Con ganas de volver a verlos (y sus bailarinas! Grrr)
Y llegaba el plato fuerte de la noche, New Order, aun sin Peter Hook, los británicos, llenaron el Maravillas de gente, ansiosa por sus hits. Y aunque no tienen el punch de antes y la edad ya pesa, tienen una historia y una colección de hits con la que ya se les permite cualquier cosa. Crystal, Ceremony, Krafty, Bizarre Love Triangle, True Faith, Blue Monday, Temptation…demasiadas joyas para hacernos los snobs y criticar por criticar, y el bis con Love Will Tear Us Apart, dedicado a Ian Curtis, soberbio.
Luego venía David Guetta, no habia excesivas ganas de verlo cerca, pero timidamente me acerqué a ver el show del francés, que tras repetir 107 veces que era su primera vez en Benicassim ( y ojalá la última) cerró una multitudinaria actuación con I Goot a Feling.
Y así concluye una edición más del FIB, 18 ya, que hace que este proyecto sea una realidad mayor de edad, esperando que vuelvan carteles más compactos y homogeneos, y que esta dura realidad que vivimos a nivel economico, no repercuta en ofrecernos material de calidad. ¿Volveremos en 2013? Que sea lo que Merkel quiera!!!
Crónica por: Xavi
Fotos: Colección Fiberfib.com