Varias eran los pensamientos que planeaban por la cabeza de este redactor ante la esperada actuación de Edwyn Collins en Valencia. Por un lado, la excitación de ver por fin a uno de los grandes músicos escoceses supervivientes de la década de los ochenta (así lo demostraba la media de edad del público asistente). Y por otro lado, el temor de ver al artista que has conocido en plenitud de forma afectado por la enfermedad y cómo iba ello a repercutir en el show. La verdad, temores un tanto estúpidos que fueron eliminados prácticamente desde el inicio del espectáculo. Y es que aunque el cuerpo pueda ver mermadas sus funciones, el talento no. Y este hombre, como pudimos comprobar, lo tiene a raudales.
Acompañado solamente por dos músicos, James Walbourne y Carwyn Ellis( este último ejerció de telonero con el nombre de Colorama, navegando con su pop intimista entre las charlas ininterrumpidas del personal) y en formato semiacústico, (alternando guitarra acústica, eléctrica y teclado) apareció sonriente sobre el escenario de El Loco Mr. Collins, ayudado por su bastón para tomar asiento.
Y una vez allí e intercalando simpáticos comentarios entre las canciones («Bebo agua porque es buena para mi voz, soy un caballo») comenzó su particular repaso a tres décadas de grandes canciones que nos hicieron olvidar sus carencias y eclipsar nuestras dudas. Y así, dotando a sus canciones de unos sencillos pero maravillosos arreglos, fueron apareciendo ante nosotros joyas de todas sus épocas. Desde los tiempos de Orange Juice («Blue Boy» o la imprescindible «Rip It Up» con sus guitarras funkoides), pasando por discos como «Home Again» o «Loosing Sleep» y sobre todo «Gorgeus George» (con ese eléctrico «A Girl Like You» para finalizar) hasta llegar a su reciente «Understated«, en el que demuestra con sus nuevas composiciones como la excelente «31 years» o «Dilemma» (puro sonido marca de la casa), que su genio sigue intacto e inagotable.
Texto: Dan Defensor Foto: Marisa
