Dúo formado en Brooklyn en 1982 por John Flansburgh y John Linnell y todavía en activo (publicaron en el mes de marzo su último disco titulado «Nanobots«), son una de las bandas más prolíficas en cuanto a producción musical, pues cuentan con innumerables LP’S, EP’S, recopilaciones, podcasts o incluso discos para niños. Creadores de perfectas canciones pop , mezclan todo tipo de estilos e influencias (garaje, folk, rock, jazz, musicales) para conseguir un sonido diverso, propio e inconfundible, en el que combinan melodías pegadizas de extrañas letras con temas más bizarros, pero siempre divertidos y en su mayoría de corta duración(sus discos no suelen tener menos de 16 temas y llegan hasta los 25)
De su discografía podríamos destacar cualquier referencia, pero optamos por este «John Henry» de 1994 por 20 razones, las mismas que cortes componen este álbum.
De inicio «Subliminal» es pura «marca» TMBG. Al ritmo del acordeón y de una batería descacharrada y llevados por el contrapunto de voces agudas y graves de los 2 Juanes, el buen rollito comienza a fluir.
Cambio de tercio total con «Snail Shell«, bajo negroide, guitarra rockera, cencerro, mmm!!! que nos lleva a «Sleeping In The Flowers«, maravilla de lento desarrollo, transformada por abruptos cambios de ritmo que nos hacen agitar el cuerpo a base de trompetas incandescentes, percusiones aceleradas y sólos de guitarra. O qué decir de la semi-mancuniana «Aka-Driver» con ese toque «western» al final, o «Destination Moon» con esas campanitas que te elevan hasta dicho satélite, o la alegría contagiosa de estar «Out Of Jail«. Y así, podríamos describir una por una el resto de canciones, pero mejor te dejamos que seas tú el que te sumerjas en el mundo de They Might Be Giants (si aún no lo has hecho), y lo más seguro es que ya no puedas salir de él.
Dan Defensor