La segunda edición del Deleste va camino de consolidar a la cita levantina como una propuesta de referencia en el panorama nacional. Un caldo de cultivo que hace que se sitúe a Valencia (por fin) en el candelero con una propuesta diferente y de calidad. El recinto de la Rambleta da un empaque genial y preciosista, que sumado a una organización que se vuelca en cuerpo y alma, hacen que los valencianos, dejemos de estar preocupados por los mangarrufos que nos gobiernan y podamos estar orgullosos de algo que se hace en la capital del Turia.
Dividida en 2 jornadas, la programación que nos esperaba volvía a estar desglosada en conciertos en el auditorio, adalid de una sonoridad casi perfecta, y conciertos en el escenario Jagërmeister que da la oportunidad de vivir los conciertos como toda la vida, bailando si la ocasión lo merece, arrancaba el viernes con unos Gatomidi que estando de enhorabuena con su nuevo disco, Enclosed Spaces, se ganaban a los primeros fieles que llegaban a la Rambleta.
En el auditorio, I Am Dive con una electrónica efectista y llena de eclecticidad, cautivaron a un respetable que parecía hipnotizado con los sevillanos. Intercalaron temas antiguos con algunos de su próximo largo duración, Ghostwoods.
Tras una breve incursión de unos Tuya que personalmente me decepcionaron estrepitosamente y un Julio de la Rosa que cautivó al auditorio, Toundra ofrecieron en el auditorio Ambar, un alud de sonido que golpeó desde la primera nota como Mike Tyson antes de perderse en los albores de la mala vida. Como un polvo salvaje, sin preámbulo, y una energía inusitada, los madrileños trazaron un muro de sonido que nos noqueó y dejó en el limbo. Los aplausos y los concursos de air guitar se sucedieron en un auditorio que rompió a aplaudir al final de cada canción y atronó cuando se despidieron.
Ya en el escenario Jagërmeister, Guadalupe Plata dejaron a todos los presentes con el culo torcido. Sudor, blues, bailes…parecen los ingredientes de una película de Tarantino, pero son Guadalupe Plata y el Deleste dio buena cuenta de estos sevillanos. Brillantes.
Luego cerraron antes de los djs, los portugueses Nice Weather For Ducks. Descubrimiento como la copa de un pino, aplausos a la organización, y es que estos chicos no han descubierto la rueda, su propuesta puede sonar a varios artistas, empezando por Vampire Weekend o Crystal Fighters, pero joder, estos chavales son buenos. Tienen en contrael hándicap de ser portugueses, si fueran de la pérfida Albión, estarían en la portada del NME y girando mucho más. Enhorabuena a nuestros vecinos, que han demostrado que no solo son deudores de Cristiano Ronaldo y confeccionadores de toallas.
La jornada del sábado arrancaba con un ciclo matutito de puertas abiertas donde pudideran disfrutar los niños, con actuaciones de los valencianos Johnny B Zero y los maños Tachenko, que llenaron La Rambleta para acompañar de buena música y cerveza, un plan inmejorable.
Arrancamos por la tarde con unos tibios Leda Tres, flojos, que no lograron enganchar al personal.
Ya en el auditorio Ámbar, Fira Fem tampoco lograron llegar del todo. Su ubicación en el auditorio quizá fue un error, de los pocos de la organización. Quiza si se hubiera ubicado allí a los escoceses The Pastels, que siguieron en el escenario Jagërmeister, podría haber encauzado una actuación que se fue diluyendo por momentos.
Los escoceses The Pastels concluían en Valencia la breve gira de presentación que han hecho por España de ‘Slow Summits’, el disco que los ha vuelto a poner en el candelero tras más de 15 años. Y es precisamente este último álbum, sobre el que los chicos de Stephen McRobbie, cargaron el peso de un setlist donde sus temas, cercanos al sonido de los Teenage FanClub, llegaron a los asistentes. Mezcla de sentimientos encontrados con un grupo que capitaneó las primeras ediciones del Festival de Benicàssim y claro deudor del sonido de los 90, pero (siempre hay un pero), los asistentes de menor edad no llegaron a captar la fuerza de su mensaje y fueron abandonando las primeras filas de la actuación.
Los catalanes Mujeres no son nada del otro jueves, su surf garajero esta pasado de rosca, pero coño, saben lo que hacen y dieron una lección de sonoridad, ganas de juerga y diversión. Mucha fiesta en las primeras filas con animados pogos que fueron anticipo del ciclón que venía a continuación.
Triangulo de Amor Bizarro devastaron el escenario Jagërmeister con su Boise descorazonador lanzaron tímidos a organización y público y se pusieron a los suyo, a hacer rudio, distorsión, que siguió con pogos, saltos y bailes, una especie de orgía iniciática en rock oscuro y denso que salpicado de temas ‘La Malicie De Las Especies Protegidas’, ‘Ellas Se Burlaron De Mi Magia’, ‘Isa vs El Partido Humanista’ o clásicos como ‘El Himno De La Bala’ y ‘De La Monarquía ALa Criptocracia’, dieron sentido al título de su último disco ‘Victoría Mística’, porque fueron uno de los triunfadores del festival.
Luego los Átomos Dj’s amenizaron una noche que nos dejó un grato sabor de boca, y unas grandes ganas de que pongamos rumbo a la Rambleta otra vez para el Deleste 2014. Vixa Valencia hostias!
Fotos de Rachel Vila. Álbum de fotos aquí.
Texto de Xavi Hernández