Azul Deleste
Una vez finalizado el Deleste Festival y las aguas han vuelto a su cauce, me permito hacer unas reflexiones sobre el evento. Que conste que servidor no tiene nada que ver con la organización, aparte de la amistad con sus factótums Quique Medina y Jesús de Santos, pero esto ya viene de hace años y si merecen llevarse un palo aquí se lo daremos. Pero no es el caso, exceptuando algún toque de atención.
El Deleste, como el azul de su logotipo, supone una bocanada de aire fresco en la ciudad de Valencia, donde en los últimos meses se nos estaban cayendo hasta los palos del sombrajo (me refiero al caso del Arena Auditórium), y el Ayuntamiento se ha implicado, no sabemos si en mayor o menor medida, pero no apoyan solamente a las bandas de fallas y deberían seguir haciéndolo.
Mientras otros festivales completan su oferta con el reclamo de “sol y playa”, esto es algo que el Deleste no necesita, puesto que con la calidad de sus bandas e infraestructuras tiene de sobra, y la organización ha sabido rodearse de colaboradores que solventan cualquier pequeño problema. Además, en el mes de octubre y con una temperatura de más de 20 grados, ni falta que hace.
La puntualidad de los conciertos es un hecho a destacar así como el no solaparse ninguno y disfrutar de todas las bandas. El auditorio Ambar nos recuerda los viejos tiempos en que disfrutábamos de los conciertos en el Colegio Mayor Luis Vives, para grupos con un enfoque más intimista, y el escenario Jagermeister cumple con las bandas más enérgicas. Si deseas tomar un poco el aire, dispones de la terraza en la que también puedes escuchar música con los dj´s , y conversar con amigos, ya que si algo caracteriza al Deleste es su cercanía. Numerosos artistas de la escena musical valenciana se dieron cita y a cada paso que daba estábamos saludando a algún conocido.
Algo que eché en falta fue un pequeño foso para facilitar las tareas de los fotógrafos, aunque sea con unas simples cintas que puedan retirarse tras las tres primeras canciones como en otros festivales, y dejar al público acercarse a sus grupos favoritos. El público se comportó bien en líneas generales, aunque los murmullos en la actuación de The Pastels fueron escandalosos. Si hubiesen cambiado a Fira Fem por The Pastels en el auditorio, seguramente hubiéramos salido ganando, pero desconozco las razones por las que se organizó de esta manera.
En fin, que el próximo año esperamos disfrutar de una nueva edición del Deleste, y que se consolide como el festival que la ciudad necesita.