Crítica de disco: Mando Diao – Aelita


Mando Diao

Musica de la Santa

2014

282855-emp

 

Los suecos Mando Diao eran, hasta hace bien poco, uno de esos grupos cuya trayectoria no había dejado apenas espacio para los sonidos electrónicos. Si bien es cierto que ya cambiaron un poco de tercio con Dance With Somebody, su primera concesión a las pistas indies tras una carrera dominada por el entusiasmo hacia los grupos de la British Invasion, aún no los habíamos dejado de asociar a una banda guitarrera, con una carrera regular y casi siempre notable.

Y es que hasta ahora le habían pegado a casi todos los palos con soltura; el garage en Bring’Em In (2002),el britpop en Hurricane Bar (2004) y Ode to Ochrasy (2006), el folk en Never Seen That Light (2007),  la Motown y el homenaje a las bandas sonoras en Give Me Fire (2009), etc. Ahora que hasta The Strokes han decidido saltar sin rubor alguno a la piscina de los 80s; lo de Gustav Noren, Bjorn Dixgard y compañía ha sido una zambullida literal.

Después de digerir una portada tan bizarra como la del disco que nos ocupa, Aelita, lo cierto es que el disco no empieza nada mal. Black Saturday es el clásico single medio new wave que engancha y que ya quisieran grupos como The Bravery o Bloc Party para reverdecer su carrera. Unos buenos sintetizadores por aquí, un bajo sonando a los primeros The Cure por allá, Gustav Noren sonando a Billy Idol, más una acertada recuperación de las guitarras hacia el final para crear un tema inmediato de los que tan bien saben hacer.

Engañoso comienzo, puesto que no volveremos a encontrar algo tan certero en el disco. Mando Diao han apostado por crear largas ambientaciones, acompañadas de coros femeninos que tratan de endulzar su recorrido, pero que en la mayoría de ocasiones resultan bastante lineales. Rooftop por ejemplo, entra bien a medida que la voz de chica y la aspereza de Bjorn Dixgard (con más protagonismo en este Aelita) se van complementando junto al fondo funk, mientras los violines le dan un cierto toque hipnótico que recuerda al Suicide Blonde de INXS. Un poco más difícil es Money Doesn’t Make You A Man, con un comienzo algo industrial, continua después homenajeando a sus paisanos ABBA para acabar convertido en una letanía épica de tecno-pop.

Cuando en Sweet Wet Dreams entra la guitarra flamenca seguida de violines creía que iba aparecer David Bisbal o algo así, pero finalmente damos con una curiosidad latino-fronteriza de los Mando Diao en la que por lo menos podemos alabar la garra de Bjorn Dixgard. Pero si este cuarto tema aún resulta simpático, lo de If I Don’t Have You sí que es de vergüenza ajena. Una ida de olla pseudo apocalíptica emparentada con los peores Muse, que incluye un autotune horroroso que te dan ganas de silenciar el Spotify. Para terminar de arreglarlo, le sucede una soporífera Baby, siete minutazos que no te conducen a ningún sitio.

Del resto de Aelita cabe destacar Lonely Driver, un corte muy soul que conecta con discos anteriores como el Give Me Fire; así como el aire industrial del segundo single, Romeo, que pese a ser un refrito de Depeche Mode por lo menos tiene algo de garra. Para cerrar, Make You Mine que es una de esas canciones espaciales que cuesta digerir, demasiado producida y alargada como para dejar ganas de repetir.

Primera decepción que me llevo con Mando Diao, una banda atrevida sin duda, pero que aquí ha podido forzar demasiado (y para mal) el cambio estilístico. Aelita contiene un buen single y dos o tres canciones que podrían gustar a los nostálgicos de Depeche Mode o The Human League, pero se halla muy lejos del resto de su material.

 

Juan Pablo Reig

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