Crítica de disco: Mogwai – RAVE TAPES


Mogwai

RAVE TAPES

Rock Action

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La mejor definición que podría darse de los escoceses Mogwai sería la de una apisonadora capaz de aplanar bosques enteros, mientras la lluvia va cayendo poco a poco en forma de calabobos. Encuadrados en el post-rock desde su debut en 1997 con Young Team; quizás esta etiqueta se le ha quedado pequeña con una carrera que ha defendido (junto a bandas como Explosions In The Sky o Godspeed You! Black Emperor), un sonido de largos temas instrumentales con primacía para el lucimiento de las guitarras y el bajo, con espacios muy atmosféricos y tranquilos a veces alterados por la distorsión, llegando en algunas cotas al kraut o al metal.

Así, partiendo de las atronadoras Mogwai Fear Satan (su canción más recordada) o Summer (Priority Version), fueron suavizando sus pasos y ganando matices con el cambio de milenio. La combinación de ambientaciones serenas medio electrónicas con explosiones de guitarra nos dejaron grandes canciones como Ex-Cowboy o Auto Rock, aunque quizás merecería mención aparte Rock Action (2001), de excelente calado atmosférico y donde aparecen algunos de los mejores cortes de su carrera como You Don’t Know Jesus, Take Me Somewhere Nice, 2 Rights Make 1 Wrong o Dial: Revenge.

RAVE TAPES, su octavo LP en una carrera que incluye curiosidades como una banda sonora en homenaje a Zinedine Zidane, salió a comienzos de este año. La banda de Glasgow no es de las que hace un disco igual al anterior (Hardcore Will Never Die, But You Will, 2011), y en esta ocasión atajan el convencionalismo recubriéndose con el manto de los sintetizadores. Las canciones muestran una menor contundencia sonora que en sus comienzos, pero suenan tan intensas como siempre, como en Heard About You Last Night, una apertura tan bonita como invernal.

Simon Ferocious es desde ya una de sus mejores canciones de su faceta más suave, con protagonismo de sintetizadores y teclados perfectamente entrelazados a sus cósmicas guitarras; del mismo modo que Remurdered también tiene hueco entre sus más importantes mutaciones de sonido, disparando hacia Giorgio Moroder y Kraftwerk con un cuidado tratamiento analógico de las guitarras. Por el contrario, cuando vuelven a terreno conocido, como en la feroz Hexon Bogon, lo hacen bien pero no hacen temblar los cimientos como en Young Team.

Los Mogwai más inesperadamente divertidos nos los encontramos en Repelish, que parte de una especie de monólogo sobre Led Zeppelin, que acaba transformándose en uno de sus clásicas atmosferas de subidón, sucedida por otros dos temas interesantes pero menores como la rockera Master Card y la ochentera Deesh, que mira a los ojos a la etapa más siniestra de The Cure y a Bauhaus.

Blues Hour es el baladón del disco, una canción muy en la onda de Happy Songs For Happy People (2003), una preciosidad que Stuart Braithwaite, prescindiendo del habitual tratamiento electrónico de las voces, va desnudando poco a poco. La onírica No Medicine For Regret, a medio camino entre The Postal Service y una de las mejores canciones de los escoceses (I’m Jim Morrison, I’m Dead), quizás habría resultado mejor cierre para RAVE TAPES que This Lord Is Out Of Control, inquietante pero algo repetitiva con su vocederismo.

Un grupo inspirado que no conoce excesivas ataduras sonoras y que llega casi a los veinte años de trayectoria como casi siempre, mezclando sensibilidad y distorsión sin establecerse nunca una frontera. RAVE TAPES es un buen álbum que te gustará si ya los conocías (especialmente si tus favoritos son Rock Action y Happy Songs For Happy People),y que te sorprenderá y agitará en caso de escucharlos por primera vez.

Juan Pablo Reig

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