Crítica de discos: Alt-J @alt_J – This Is All Yours


Alt-J

This Is All Yours 

Infectious Music 2014

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No estaba muy seguro de darle una oportunidad al nuevo disco de Alt-J, uno de esos grupos supuestamente intelectuales que nunca sabes por dónde van a tirar. Su primer disco, el sobrevalorado An Awesome Wave (ganador del Mercury Prize 2012), contenía temas tan interesantes como Breezeblocks, Tessellate o Something Good; pero acabó cargándome por la odiosa voz de pato de su cantante, Joe Newman.

This Is All Yours se editó hace una semana, aunque antes se ofreció en streaming en determinados parques europeos, una idea tan novedosa como lo que supuso en su momento la descarga online de In Rainbows de Radiohead. Y aquí no es donde se acaban las comparaciones con los de Thom Yorke, pues comparten con los de Oxford el gusto por la relación entre el hombre y la máquina, las texturas analógicas y la experimentación.

Si esto puede ser más o menos cierto, también lo es que en su búsqueda musical puedan estar más ensimismados en sobrecoger y descolocar que en otra cosa, o lo que en términos Radiohead-ianos podríamos entender por buscar a toda costa un Kid A sin intentar un The Bends. Al disco le sobra pretenciosidad desde el principio, con una Intro irritante llena de lalalas que desde luego, no es tan emotiva como la de The XX. Un poco mejor cuando están más contenidos; como en los susurros oceánicos de Arrival in Nara, en algún lugar entre Aphex Twin y Bjork; o en la sensual Nara, con una producción más orquestal e introducida por campanas.

Como el objetivo de seguir descolocándonos, la segunda tanda de tres no puede ser más diferente entre sí. Every Other Freckle me produce sensaciones encontradas; por un lado el componente kraut rock-dub en lo musical suena bastante interesante, por el otro lado recuerda bastante a Fitzpleasure (que no me gustaba mucho) y sus letras de aproximación sexual son bastante vergonzosas (atención a “lick you like a crisp packet”). Left Hand Free es un blues con una batería bastante machacona que recuerda de cabeza a The Black Keys, seguramente lo más accesible del disco. Este single me gusta, pero no puedo comprender que genio indujo a enlazarla con la (¿broma?) exhibición de flauta en los Midlands de Garden In England.

Es en la segunda mitad, a partir de Choice Kingdom (en ella encontramos neo-folk estilo Fleet Foxes y synth-pop ochentero) donde se enlazan una serie de canciones conmovedoras, llenas de trucos, e intimistas, que dan identidad y nivel a This Is All Yours. Hunger Of The Pine, se ha hecho famosa por el simple de Miley Cyrus “i’m a female rebel”, pero debería serlo también por la sugerente cadencia de su melodía, elegantemente adornada de vientos metal. Warm Foothills es la contrapartida de calidez a la inquietud del anterior single, por sus coros femeninos y silbidos campestres. Y The Gospel Of John Hurt, inspirada en el actor protagonista de la serie Yo, Claudio, se acerca en su siniestralidad a los mejores momentos de Radiohead en Amnesiac, con mención especial a las guitarras acústicas del final.

El potencial de sonar algo más emotivos y menos extravagantes lo encontramos en canciones como la anterior o Bloodflood Part II, que vuelve a tomar algunas ideas de Radiohead (Pyramid Song) y otras del post-rock (Sigur Ros, Explosions In The Sky). Alt-J liman algunos de sus defectos para volverse más accesibles, más elegantes, y consiguen rebajar su cuota arty; pero todavía con algo de relleno o aburrido (Pusher) o estrambótico y sin concretar hacia donde quieren ir.

Juan Pablo Reig

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