Hay bolos que siempre les rodea un halo especial, y durante días, se venía hablando de que la actuación de Holy Fuck, enmarcada dentro del ciclo «Fly Me To The Roof» de la Rambleta, era de obligado cumplimiento. Hasta la saciedad nos venimos quejando, yo entre ellos, de que en Valencia hace falta programación cultural de calidad, cosas diferentes al ABC que se nos vende dentro de esta industria cultural, como dirían Adorno y Horkheimer, y actuaciones como la de anoche, te hace recuperar la fe en esta maltrecha ciudad vilipendiada y saqueada culturalmente, y son estos los bolos que te dejan ese buen saber de boca y la sensación de haber vivido algo grande. ¿No es maravillosa esa sensación?
Abrían la noche los valencianos Jupiter Lion. El derroche de facultades y talento desplegado noquearon desde un inicio y a base de trallazos de post-punk, adrezados con sintetizadores, batería y bajo, dejaron un listón alto, muy alto. Las canciones de su segundo disco Brighter, lanzado este mismo años por el sello BCore ganan en un directo que roza lo hipnótico, fueron grandes, muy grandes.
Y venían las estrellas de la noche, el halo especial del que hablaba se notaba cuando los canadienses empezaron con un arduo despliegue de facultades sonoras, donde la Cambra de la Rambleta respondió de 10 (enhorabuena a la organización), y los cuatro miembros del grupo se enzarzaron en un ejercicio de hacer bailar al respetable, que respondía con bailes casi rituales en las primeras filas, y bailes más timoratos en las filas traseras. aunque su último disco, Latin es de 2010, la falta de material nuevo no restó un ápice de emoción a la actuación que apenas quedó ensombrecida por lo escaso de la duración, pero es que ambas formaciones, tanto Jupiter Lion como los propios Holy Fuck, emprendían juntos viaje para actuar hoy en Murcia y mañana jueves en Málaga, así que entendemos el porqué de tan escueta actuación. Aún así se salió de la sala con la sensación de haber visto algo grande, y repito, ¿no es eso maravilloso?
Xavi Hernández
