Crítica de discos: Florence + The Machine @flo_tweet – How Big, How Blue, How Beautiful


Florence + The Machine

How Big, How Blue, How Beautiful

Island Records 2015

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La supervivencia al éxito. Esta ha sido la prueba de madurez a la que se ha enfrentado Florence Welch antes de llegar a su tercer disco. De la resaca emocional post-fama, la diva de los retratos fantasiosos y operísticos se ha crecido desde la inestabilidad. Ella y su banda, lo que ha llevado a que How Big, How Blue, How Beautiful haya sido recibido con los elogios que ya consiguieron los notables Lungs o Ceremonials, así como su confirmación de cabeza de cartel en festivales como Glastonbury.

Este crecimiento ha trastocado todos los artilugios de los que se servía esta autentica y divertida heredera de Kate Bush. El melodrama o el goticismo aparecen cada vez menos como refugios, dando pie a una Welch más guerrera y realista, con más armas que nunca para enfrentarse al mundo. Los dos singles del disco son dos ópticas, dos muestras de ello. Por un lado, Ship To Wreck es un jangle pop juguetón, con un lúcido realismo en sus letras («we are lost, and into the breach, we get tossed and the world is coming in face»), que podría ser radiado en cualquier emisora nostálgica de los ochenta. En cambio, What Kind Of Man, es un creciente rugido de mujer herida; la dicotomía felicidad/sufrimiento perfectamente enhebrada desde la quebrada introducción hasta sus gloriosas trompetas finales, galopando sobre un riff blues-rock de lo más seductor. Ambas son desde ya, dos de sus mejores canciones.

Las cuerdas a cargo de Will Gregory de Goldfrapp es otro de los puntos fuertes del disco, ayudando a orquestar preciosas canciones como el tema titular o Queen of Peace, que empieza con un halo medieval para convertirse en un himno triunfal al estilo de Dog Days Are Over. Estas también aparecen en temas más contenidos como en la siniestra balada, digna de Siouxsee And The Banshees, de Various Storms & Saints, donde vuelve a usar el agua como referencia lírica para salir a flote («water is getting harder to tread, with these waves crashing to my head/ if i could see you the darkness turn into light»). Canciones como esta o Long & Lost, un tenue folk que recuerda a la banda sonora que compuso para El Gran Gatsby, muestran a Florence rebajando sus habitual intensidad, en un refinamiento vocal muy de agradecer.

La gran influencia de How Big… si que parece ser Fleetwood Mac, con arreglos y guitarras tan calidas como las de Delilah, o ritmos que en Third Eye recuerdan a canciones como Seven Wonders. Aunque su segunda mitad no es tan espectacular como la primera; no hay prácticamente ningún relleno y se permiten cerrar el disco con una balada al órgano por la que matarían interpretes como Adele, St. Jude, y con el sutil rock & roll de Mother, de sucias guitarras, percusión stoniana y cadencia a lo PJ Harvey.

Un sonido más americanizado y compacto para llegar al notable en su tercer álbum, sin renunciar al pop barroco que les es característico. Florence And The Machine, posiblemente en el mejor momento de su carrera, defenderán su directo durante el próximo Festival Internacional de Benicassim, entre los días 16 y 19 de Julio.

Juan Pablo Reig

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