Foals
What Went Down
Warner 2015
Pocas bandas británicas han reconducido tan bien su carrera en los últimos años como Foals. Si en su primer album Antidotes te hacían bailar como un poseído en cortes como Cassius, pero en las largas distancias eran prácticamente indistinguibles de Bloc Party o Klaxons, hoy pueden mirar atrás y ver a muchos de sus coetáneos complementamente descarrilados. La etiqueta math-rock se les quedó pequeña hace tiempo, despejada por el vuelo de sus siguientes trabajos, especialmente Total Life Forever (2010) con excelentes composiciones como Spanish Sahara.
Los de Oxford no han repetido fórmula en ninguno de sus discos, y si en Holy Fire (2013) abandonaron las atmosferas de Total Life Forever en pos de un funk-pop dinámico que les funcionó bastante bien a nivel de ventas, ahora la reconversión pasa por volverse algo más rocosos. Punch que ya comenzamos a advertir en el «i can’t get enough…SPACE» de su hit Inhaler, ahora se muestra sin cortapisas en guitarras apabullantes como las del single What Went Down. Es un crochet de boxeo bien dirigido, la perfecta introducción rugiente que necesita todo disco de rock para dejarte con ganas de más. Yannis Philippakis aplicando a la perfección las enseñanzas de gente como Dave Grohl o Josh Homme. Mountain At My Gates, el siguiente single, parece concebido para arrasar en estados, con letra de superación personal («oh, give me some time, show me the foothold from which i can climb») y unos estupendos punteados de James Smith que recuerdan claramente a Red Hot Chili Peppers, con los que Foals giraron hace algún tiempo.
Tras un tema funkoide e infeccioso como Birch Tree, en la vena de temas anteriores como Blue Blood, el disco se relaja y aparecen los Foals más ambientales. Albatross no destaca mucho más allá de su ágil percusión, pero Give It All podría convertirse en una de sus mejores baladas, una oda a la inseguridad ante el amor desconocido («give me the way but no the means»), temática también presente en la penúltima canción, muy Doves, de Lonely Hunter.
Se apuntan tantos medianos que funcionaran mejor en el directo como Snake Oil (muy parecida la intro a Reason Is Treason de Kasabian) o Night Swimmers, antes de dejarnos con ganas de más con dos temas como dos soles. La fantástica London Thunder tiene un down-tempo evocador y sereno que alcanza a todos los instrumentos que participan en ella, desde guitarras a piano, acercandose a los U2 más díficiles de imitar (los de Achtung Baby y Zooropa), y como ya viene siendo tradición en cada disco, deparan una gran ambientación post-rock con la tensa pero burbujeante a la vez A Knife In The Ocean, uno de los temas más épicos que han creado nunca.
What Went Down tiene la determinación de quien se sabe fuerte, robusto y al mismo tiempo condensando todas las exploraciones sonoras de Foals. Supone otro buen disco en una trayectoria sin fisuras, y que podremos escuchar en directo próximamente en el V Festival DCode, que se celebrará el 12 de Septiembre en la Universidad Complutense de Madrid.
Juan Pablo Reig