Mac McCaughan es, sin duda, uno de los grandes y definitivos iconos del indie rock estadounidense. Y es también alguien siempre hambriento de retos. No solo puso en marcha en 1989 el crucial sello Merge (el que lanzó a lo más alto a Arcade Fire y Spoon, por ejemplo), sino que ha ido compaginando esa actividad, a partir de ese mismo año, con el liderazgo de Superchunk, grupo con el que ha escrito grandes páginas musicales del género donde se mueve y a cuyo motor no ha dejado de echar gasolina (su último disco, “I Hate Music”, salió en 2013). Además, desde principios de los 90, y disfrazado con el nombre de Portastatic, ha ido lanzando álbumes en solitario (casi una decena). Pero por fin este 2015 ha decidido dejarse de máscaras y firmar un disco con su propio nombre. Titulado “Non-Believers”, en él ofrece una imagen más frágil de su faceta de compositor. Siguen presentes en sus diez cortes esos estribillos tan enganchosos y adictivos, marca de la casa, pero ahora con un toque que transmite, a la vez, más elegancia y menos seguridad, como si, irónicamente, cuando ya tiene 48 años, quisiera sonar más joven e inocente. Temas que presentará, más el inevitable y en su caso muy gustoso y esperado vistazo a su trayectoria global, el 9 de noviembre en Ourense (Café & Pop Torgal) y el 10 en Madrid (El Sol). Ambos conciertos forman parte del ciclo American Autumn.
