Crítica de discos : New Order @neworder – Music Complete


New Order

Music Complete

Mute Artists 20

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Siempre será injusto valorar positivamente el nuevo trabajo de una banda con más de treinta años de antiguedad, pues la comparativa con su catálogo anterior siempre lastrará cualquier esfuerzo de escucha e interés. Si, como en este caso, se trata de aquella que de las cenizas de Joy Division se convirtió en uno de los representantes más elegantes de su década, autores de himnos que forman parte de la historia del pop como la eterna Blue Monday, pues más todavía.

Para más inri, los diez años comprendidos entre el ya mediocre Waiting For The Sirens Call (2005) y su nuevo vástago, Music Complete, habían venido dibujando una banda descoyuntada y de directos erráticos. También perdiendo por el camino a Peter Hook, uno de los bajistas más influyentes de la historia así hablando en general, aunque egocéntrico y tóxico como pocos en sus últimos años con la banda.

Las cabezas pensantes del grupo, especialmente Bernard Sumner y Stephen Morris, han fijado la dirección de Music Complete en las coordenadas de Technique (salvando las distancias), aunque algo más adaptable para las radios. Un botón de muestra sería el single Restless; quizás algo tibio, sin aristas, que no es que este mal, pero más allá de la sobriedad de sus violines y de llamar la atención sobre la autosatisfacción del capitalismo en su letras («I want a nice car, a girlfriend who’s as pretty as a star, I want respect, how much I can get») no hay mucho de donde rascar.

No hay que preocuparse, Music Complete guarda mejores momentos que el single. Singularity es un trallazo que combina lo mejor de la herencia post-Joy Division, con ese bajo y baterías sincopadas, con el techno de unos The Chemical Brothers. Plastic es un balance adecuado entre oscuridad y purpurina, con los teclados altamente adictivos de la recién recuperada Gillian Gilbert, buen electropop que será baza segura para el desmelene en sus conciertos. Por no hablar del italodisco desinhibido de Tutti Frutti, el Martini rosado con el que Bernard Sumner te seduce de madrugada. Cuenta con la colaboración de Elly Jackson de Le Roux, y con elementos como sus cuerdas disco o su recitado en italiano lo tiene todo para dejarnos en shock y sorprendernos, algo que pocos esperábamos a estas alturas de New Order.

La buena secuenciación de los temas, obra en parte de las brillantes labores a la producción de Stuart Price, hace que a temas tan extrovertidos como Tutti Frutti les sigan otros de su misma especie, como People High On The Line, una suerte de acid funk servido en una coctelera improbable que junta a Pet Shop Boys, Talking Heads y el sonido Hacienda. Music Complete tiene caramelos para todos los públicos y si el componente disco-gayer no te convence, el amenazante spoken word de Iggy Pop en Stray Dog (título muy apropiado) lo hará, o tal vez la épica de Academic, que remite al infravalorado y guitarrero Get Ready (2001).

Junto al techno machacón en Unleard This Hartred, conviven los New Order de poso melancólico en deliciosos cortes pop como Nothing But A Fool; una de las joyas del disco, de deliciosas guitarras Sonic Youth, hecha de la misma pasta que Krafty o Run. Incluso en las debilidades evidentes como The Game muestran más de una idea para sus imitadores. Y hablando de estos, que mejor cierre para Music Complete que un tema con Brandon Flowers de The Killers, cuyo hit Somebody Told Me ya bebía de las guitarras y estética de Crystal, mientras su voz se funde a la perfección con Sumner en la luminosa Superheated.

Juan Pablo Reig

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