The Cure ha conocido formaciones mejores en su ya larga historia, incluso quedaron reducido a dúo en algún momento puntual. La que se presentó en Barcelona esta noche es una formación desigual, se podría decir que los miembros más antiguos la formaban Simon Gallup al bajo, protagonista de la noche con sus continuos paseos por el inmenso escenario y su imagen al más puro estilo Stray Cats y el propio Robert Smith. El resto de miembros han venido apareciendo y siendo sustituidos continuamente (la inclusión de teclados en sus directos también), nada que reprochar a los que les acompañaron esa noche. Reeves Gabrels, guitarrista de Bowie rescatado por Smith; Jason Cooper sobrio a la batería y Roger O’Donnell, teclados, todos ellos perfectamente ensamblados en nada menos que unos pocos minutos para tres horas de concierto, ¡mastodóntico¡ El planteamiento de la gira THE CURE TOUR 2016 es la antítesis de los anteriores discos y consiguientes giras que intentaron desempolvar la ya clásica trilogía siniestra del grupo (Seventeen Seconds, Faith y Pornography); la muy cicatera actitud de los últimos trabajos de The Cure, álbumes dobles y con un sonido hardcore extraño a ellos, densos y con ausencia de sencillos algo inédito en el grupo.
Con “The Cure” y “4:13 Dream” sus últimos álbumes, ha producido que el grupo quedara paulatinamente reducido a los devotos a su sonoridad más oscura y decadente, algo ya menguantes desde los lejanos ochenta. ¡¡¡Solución¡¡¡, recuperar el sonido más pop, luminoso, enérgico y visual del grupo. ¡Fuera el negro! Prescindimos en el show de los primeros y últimos (y soporíferos) álbumes y voila, ¡resurrección! Palau Sant Jordi lleno y público reconciliado con su líder. Elijan que canciones quisieran escuchar en Spotify, pues estaban todas ellas; cayeron una cascada de hits infinitos: “The Walk”, “Just Like Heaven», “Hot Hot Hot!!!”, “The Blood”, “In Between Days”, “Fascination Street”, “Never Enough”, ”Pictures of you”, “Wrong Number”(una rareza en directo),”Lullaby”,”Boys Don´t Cry”. Elijan cual de todas y además dejar sitio a una canción inédita “It Can Never Be The Same” y alguna concesión a esos temas tan densos y oscuros marca de la casa como “Open”(del álbum Wish), todo ello en medio de unas pantallas visuales seccionadas, impresionantes y con claros motivos psicodélicos. Unos Cure de estadio con proyecciones masivas del grupo y del público del Palau en directo, apartado visual acorde al set list impecable, toda una discografía en tres horas de concierto con el añadido de un sonido perfectamente impoluto. El grupo, que empezó gira en EEUU, ya venía muy rodado; las guitarras y la voz de Robert Smith en perfecto estado de gracia, aunque su forma física siendo del todo respetuoso recordaba más a Antony Hegarty (ahora Anohni), pero su pelo cardado, su sudadera negra, sus labios de carmín y su manierismo le delatan.
Magnifica la interpretación de “Friday I´m In Love” con el público del Palau a sus pies nada más identificar la canción y que decir de “A Forest”, los Cure siguen siendo los únicos que pueden hacer un cover perfecto de esta canción con las ya clásicas palmas del público y el bajo de Simon Gallup acabando la canción de forma paulatina en lo que ya es una tradición del directo de esa canción. Mal Roger O’Donnell a los teclados, en ocasiones lograba hacerlos sonar como un Casiotone, muy desaprovechados, así ocurrió en la interpretación de “Love Cats”, desganado toda la noche con esa pose tan impertérrita como si no fuera con el lo que ocurría en el escenario abandonándolos a la primera de cambio (alguna recriminación en el directo de Smith se hizo notar en cuanto a su sonido). Por lo demás amén de una dispersión total de canciones en lo que viene siendo este THE CURE TOUR 2016 muy centrados en las etapas clásicas y comerciales de los Cure, especial mención de los ochenta, hicieron las delicias del público entregado con el grupo tras sus más de cuatro bises ininterrumpidos y final de fiesta ya con Robert Smith sin su guitarra para rematar la faena con “Close To Me” y “Why Can´t I Be You” ya con el estadio en pie. Ovación merecida y sentida por su líder tras una velada magnifica, no hace falta recordar que grupos con una trayectoria tan mastodóntica como The Cure se les agradece no llevar un disco debajo del brazo para presentarlo en directo y así poder convertir su gira en un recordatorio de que en lo suyo son los primeros de la clase, con eso basta. Sobrios y predecibles pero perfectos, así son los Cure de hoy.
Texto: Carlos Climen
Fotos: Mayca Cruz / Carlos Climen