No pudo ser. Valencia planta cara de perro a una de sus propuestas más lúdicas y arriesgadas del panorama local, el Tagomago Fest, un receptáculo a sonidos experimentales y electrónicos en sus mas diversas facetas. En su nueva ubicación de La3 (Las Naves, su anterior ubicación continúa en obras) se ha procedido a desdoblarlo en dos jornadas, lo que no ayudó a congraciarse con una ciudad acosada por multitud de festivales mainstream de diverso pelaje, algunos ya abiertamente camuflados de patina indie que en nada arriesgan en el plano sonoro. De ahí se derivaba la escasa entrada de publico, un aforo medio, que ofreció la primera jornada del evento, a priori la mas sabrosa. De la segunda destacar el papel de Antiguo Régimen, intentando deshacerse cada vez más de la sombra de Joy Division con una ya ganada profesionalidad en directo y los mas que rodados Betunizer.
Así el viernes con un cartel no muy equilibrado se combino una electrónica muy cruda y áspera con Yobamochi (ocultando sus rostros con máscaras porcinas) con loops de guitarra y batería, además de proyecciones. Un Live set de Artificiero, el miembro de Schwarz Alfonso Alfonso, fue el escogido para suplir una de las actuaciones mas locas que se esperaban y que cayo del cartel, Putilatex. Una pena no disfrutar su electro-clash gorrino y divertido.
A continuación una de las peladillas de la noche, el mito Chimo Bayo. Él solo es capaz de mezclar convincentemente a Front 242, Severed Heads, Alien Sex Fiend y, sí, «La Tia Enriqueta». Eso sí, no pinchó los temas propios que le han dado renombre, lo que le quitó lustre a la sesión de uno de los mejores DJ que han parido estas tierras (con permiso de Fran Lenaers /Spook), en un set de una escasa hora. El inconveniente del cambio constante de la instrumentación con la prueba de sonido in situ, dieron a toda la velada el consiguiente bajón en la espera.
Schwarz ofrecieron el concierto mas krautrock de toda la edición y que entronca con la nomenclatura del festival, Tagomago (el seminal LP del grupo alemán Can), mostrando un live sin concesiones espeso y denso a través de su profesionalidad en directo, presentando su nuevo disco «Nación Subterránea». Tras su paso el público estaba expectante ante un grupo que justifica por si solo el festival: El Aviador Dro y sus Obreros Especializados. A pelo, se merendaron a todos los presentes, haciendo bailar y corear en una hora que pasó volando sus mejores hits.
A estas alturas no hay acción mas punk y transgresora en directo que corear con el respetable: «Nuclear sí, por supuesto», ¡eso es actitud! El público, cómo no, entregado con «Programa en Espiral», «Selector de frecuencias», «Nestor el cyborg» y una muy contundente «Amor Industrial». El set se quedo corto para la velada pero es lo que tiene un festival a tiempo tasado. El nivel quedó muy alto en el escenario principal para que subiera con New Limit, Faceradio DJ y Miss Yuls que se limitaron al baile hedonista. Para los mas valientes, en el Oven Club adyacente se despacharon beats a raudales de la mano de Güiro Meets Russia con sus paisajes electrónicos abstractos y experimentales (con sonidos que van de Brian Eno a Boards of Canada) y final de fiesta con Mecánica + Analógica.
El Tagomago Fest después de esta tercera edición con cierto sabor agridulce, tendrá que replantearse mucho su propia estructura y logística, sin olvidar que necesitamos en esta ciudad eventos como este, que nos enseñen a través de grupos patrios las nuevas tendencias experimentales que se desarrollan, sin perder nunca su carácter mas festivo.
Texto y fotos: Carlos Climen