Hay ocasiones en las que una banda, por una u otra razón, entra a formar parte de tu existencia y te emociona con sus canciones. Este es el caso de Dogs D´Amour, un grupo al que descubrí a finales de los 80 con un single llamado “Trail Of Tears” sobre el éxodo de los indios americanos a las reservas, y poco a poco empecé a conocer más discos suyos. Tras su separación en los 90, su líder y cabeza visible, Tyla, comenzó a visitar asiduamente España, y en Valencia actuó en un par de ocasiones en la discoteca Zeppelin a mediados de la década. En 2013 se reunió el grupo con la formación original y actuaron en la ciudad, pero de nuevo se disolvieron y ahora Tyla acompañado de otros músicos recorre las carreteras con el nombre de Tyla´s Dogs ´Amour.
La sala 16 Toneladas acogió el regreso de Tyla con esta nueva formación, y sin contar con teloneros, descargaron una buena andanada de temas clásicos de los Dogs. Tyla y compañía subieron al escenario pasadas las diez de la noche ante un público fiel, sobre un par de centenas de seguidores, que disfrutó de esta nueva visita de uno de los poetas malditos del rock. Con traje, sombrero y calzando creepers apareció Tyla, y botella de vino en mano saludó a los feligreses valencianos mientras el batería Simon Hanson (de la banda Squeeze) chapurreaba algunas palabras en castellano y entraban en materia con “Billy Two Rivers” y “Firework Girl” de forma contundente.
Poco a poco Tyla se fue desprendiendo del sombrero y la chaqueta debido al calor, ya que no se le puede negar su entrega y las gotas de sudor resbalaban por su frente. A su derecha el bajista Matty James Cassidy ofrecía potentes líneas de bajo y animaba al público, mientras el guitarrista Gary Pennick apoyaba a Tyla luciendo su destreza a las seis cuerdas. Con “Heroine” asistimos a uno de los momentos de la noche con el público coreando el tema para subir de revoluciones con “The Ballad Of Jack” y “Gypsy Blood” con Tyla rasgando nerviosamente su flamante Gretsch roja, mientras en “Medicine Man” hicieron una versión extendida, aprovechando Tyla para sentarse sin dejar de tocar su instrumento.
En el tercio final recuperaron algún tema de los últimos discos como “Get By” o “111” de Tyla & The Dogs antes de elevar la temperatura con “Wait till I´m dead” y una inconmensurable “How Come It Never Rains” que provocó un nudo en la garganta. Con “Drunk Like Me” se vislumbró el final, pero sin abandonar el escenario tras la ovación interpretaron dos grandes temas de su discografía: “Errol Flynn” en primer lugar, todo un himno que el público coreó con ganas, y para cerrar otra de las clásicas melodías, “Satellite Kid”. Aunque el público quería más e insistió en ello, ya no volvieron a salir, nos quedamos con más de noventa minutos de temas imperecederos de los Dogs D´Amour.
Texto y fotos: Carlos Ciurana
