Como antesala al festival Deleste se celebró Sona el Deleste (la conjunción entre el festival y Sona la Dipu) el pasado sábado en el Centro del Carmen, en jornada diurna, desde el mediodia hasta la tarde ya vencida y con entrada gratuita. Sona el Deleste acogió diversas propuestas musicales, algunas más arriesgadas, otras más populares pero todas ellas de calidad. Además de la música se pudo disfrutar de gastronomía y cerveza, todo ello en un ambiente familiar, al celebrarse también el Deleste Kids con talleres para niños. En el claustro gótico del Centro del Carmen se instaló el escenario para los conciertos y a las doce en punto dio comienzo el mini festival.
La valenciana Mireia Vilar fue la primera en subir al escenario, a pleno sol, con las canciones de su álbum «Madre salvaje» en el que las letras cuentan con un papel importante, inspiradas en los textos de la escritora Mercè Soler como dijo la propia Mireia. Temas que deambulan por el dream pop y la electrónica etérea, siendo acompañada por tres músicos como Amadeo Moscardó a los teclados, Luis Torregrosa a la batería y Alberto Amar, con Mireia a la voz y teclados, ocasionalmente a la guitarra, que daban mayor empaque a las canciones.
Indian Hawk es una banda formada por algunos integrantes de anteriores proyectos como Red Buffalo y Badlands, en clave de rock americano desde un sonido más rotundo gracias a la presencia de dos guitarristas. Semifinalistas de Sona la Dipu, el quinteto se muestra compacto en directo y ofrecieron temas de lo que será su primer álbum que llevará por título «Death And Taxes», con temas adictivos que pusieron ritmo a la mañana en Sona el Deleste.
El plato principal de la jornada eran los mallorquines de L.A, inmersos en la presentación de su nuevo disco “King Of Beasts” (Sony Music, 2017). Su nuevo larga duración se aleja de ese sonido tan americano, y trae temas más cercanos a una épica menos encasillada de la que nos tenía acostumbrados. No ha sido un giro de timón drástico, pero se nota, y ese sonido con temas como sonaron en el Claustro Gótico como “Helsinki”, “The Keeper And The Rocket Man”, “Where The Angels Go” o “Leave It All Behind” encajan a la perfección con la colección de hits que la banda liderada por Luis Albert Segura atesora. Bajo un sol cada vez más de justicia, ofrecieron una actuación brillante y sin fallos, perfectamente ejecutada ante un público que rió y agradeció las escasas intervenciones de su lider y vocalista, y bailó cada uno de sus temas. Una guinda perfecta para el festival, que es de agradecer el esfuerzo de traer a bandas de tan alta enjundia y enmarcarlas en tan bucólico escenario.
Los ganadores de la presente edición de Sona la Dipu, los raperos Frida realizan sus rimas en valenciano y se hicieron acompañar de una banda integrada por guitarra, bajo, batería, teclista y un dj que realizaba scratch en directo, además de contar con varios invitados en diversos momentos de su actuación. Ritmos hip-hop con toques reggae y funky pusieron la nota de color a los recitados de Winston y Tom cuando caía la tarde.
La última actuación en directo fue la de Zulu Zulu, trío mallorquín que practica una fusión de rock y ritmos africanos, portando máscaras y colorida vestimenta. Percusiones y onomatopeyas como cantos tribales de su disco «Defensa Zebra» sonaron en el claustro adornados con xilófono, trompeta y percusión electrónica en temas como «Bamboo Position» o «Girafa Cuore», aunque el resultado final quedó un tanto repetitivo.
Cerrando el mini festival Eme DJ puso el broche de oro con una sesión de inicio funk con «Somebody Else´s Guy» de Jocelyn Brown, «Let´s talk About Sex» de Salt-N-Pepa o el «Fantasy» de Mariah Carey que cuenta con la base de «Genius Of Love» de Tom Tom Club. A medida que avanzaba la tarde adquirió tintes electrónicos con Fatboy Slim o Depeche Mode, con una técnica exquisita en las mezclas.
Texto y fotos: Carlos Ciurana / Xavi Hernández