Vaya por delante que esta no es una crónica de conciertos al uso, como las que venimos publicando habitualmente. “La Batalla Vital” es el nuevo disco de Néstor Mir, pero también es la banda sonora de la obra de teatro del mismo título, además de un libro-disco. Durante el transcurso de la obra, los actores interpretan canciones que nos van ofreciendo más información sobre lo que estamos presenciando. La obra trata de la crisis existencial que padece Emili, cuya ambición es convertirse en escritor, quien se encuentra bajo tratamiento médico. Su mujer, Maribel, está enganchada al móvil, donde recibe alertas de una aplicación que le informa de las guerras que suceden en el mundo. La hermana de Emili, Elena, es funcionaria y su marido Andreu lleva varios años en paro. Emili cuida a su madre enferma, pero Elena no se ocupa tanto de ella. Un joyero en el que la madre guarda sus alhajas parece ser la solución a sus problemas, aunque también guarda un secreto.
Como podéis observar, se trata de un retrato fiel del mundo en el que vivimos, y que nos puede ocurrir a cualquiera, seguro que algún caso parecido existe en nuestra familia. Por otra parte, la guerra es una constante en la obra, ya sea en la aplicación del móvil como en los enfrentamientos entre los protagonistas. Al comenzar la obra se presentan los cuatro actores como Néstor Mir (algo similar al “Yo soy Negan” en The Walking Dead) y nos dicen que rebajemos las expectativas, interactuando con el público a lo largo de la obra, como cuando nos invitan a bailar en la escena de música disco. Los actores, Ester Martínez, Lucía Sáez, Manuel Valls e Iñaki Moral, cantan en directo acompañados por Néstor Mir, autor y director de la obra además de escritor y músico.
En cuanto al apartado musical, Néstor Mir, con una larga trayectoria que incluye bandas como Néstor Mir y Las Potencias del Este, Néstor Mir Grup o Néstor Mir y La Disolución Doméstica, hace de hombre orquesta (teclados, programaciones, guitarra y voz) acompañado por Lourdes Casany (Noissiness, Polonio, Sempere) al bajo y coros. Al final nos hallamos ante un musical, con canciones intercaladas entre la obra como “Arroz con bogavante” o “Esa chica tan bonita”, o una ópera pop, no importa cómo denominarla. Lo importante es que funciona y que durante casi noventa minutos te encuentras ante una obra desenfadada, con un punto de drama y final optimista en el que se preguntan dónde colgar los cuadros de Mariscal o Luis de Mano en su nueva casa.
Texto y fotos: Carlos Ciurana