Tras la celebrada subrealidad de sus anteriores trabajos (especialmente «Egresión», Autoeditado 2014 y «3», Luscinia Discos 2016), El Ser Humano parece despojarse de accesorios innecesarios e instalarse únicamente en órganos vitales.
Esa honestidad que siempre ha servido para describirle supera artificios y trucos efectistas para hallar brillo fuera de los focos. En una canción recita, platónicamente, «Son las sombras de la luz, que confunden», como queriendo mostrarnos que cuántos más watios tiene una luz, más mierda encontramos en sus sombras.
El Ser Humano divide este trabajo en tres volúmenes tan distintos entre sí que cada uno cuenta con un productor. De esta forma, no sólo la temática cambia entre ellos, también la estética. El primero, de la mano de Sergio Devece (Corcobado, La Muñeca de Sal), aborda la vida, desde su inicio hasta el esperado final junto a quien se desea. En el segundo, la muerte literal y figurada vista desde el elegante sonido diseñado por Román Gil (Alberto Montero, Isaac Ulam) y Eli M. Rufat (Elial). Por último, Fede Sesentaynueve (Skizophonics) le impulsa con sus controles para catapultar lo que nos mueve por dentro, las ilusiones, las religiones, los placeres, etc…
Luscinia Discos arriesga de nuevo con El Ser Humano, conociendo qué clase de tipos hay detrás: Dani Odisseu y Gonzalo Fuster. Como han dicho anteriormente en medios especializados nacionales: «Un talento expansivo, artesano del pop expresionista», “Uno de los grandes compositores valencianos del último lustro”, «uno de los músicos más interesantes del momento”.
Todo ello en un disco con 3 EPs.