Si el viernes fue el día de los seguidores del “remember”, el sábado en el 4ever Valencia Fest se dedicó a sonidos de la década de los 90 y 2000 más en la onda “indie”, aunque se contó con el gancho de Killing Joke que no atrajo en masa al público del día anterior, ya que Jaz Coleman y Youth parecen más interesados en vivir el presente que recordar el pasado como demostraron en su actuación. También la media de edad bajó ostensiblemente, con un público que se movía en una franja de edad de entre los 20 a 40 años, y mucha menor asistencia del mismo, con el recinto a medio aforo. Sorprendentemente comprobamos que la zona VIP había sido reducida en un tercio más o menos de lo que ocupaba el viernes, haciendo más fácil nuestro trabajo, una rectificación que agradecemos.
La primera banda en subir al escenario fue The X, grupo valenciano cuyos ritmos y melodías de baile fueron calentando el ambiente, aunque con el sol de cara no hizo falta mucho más. El quinteto incluye percusionista que fusiona el rock de The X ofreciendo una base bailable, que dieron comienzo a su actuación con “Gimme All Your Love”, como presentó su vocalista Iván López. Otro tema más rítmico como “Star Crash” tiene una melodía hipnótica, y adelantaron un nuevo tema titulado “All” antes de cerrar su breve intervención (apenas treinta minutos) con “1981”. Una banda con innegable calidad que merece mayor reconocimiento.
Como hemos dicho anteriormente, Killing Joke mira más al presente que al pasado, a tenor de lo escuchado en su concierto. Coleman apareció vestido con mono de trabajo negro, ideal para estar a pleno sol, moviéndose con expresiones gestuales casi teatrales cual Bela Lugosi y comenzó diciendo «España no es un país, es un protectorado» sonando «European Super State». El sonido sigue siendo oscuro, pero realizaron pocas concesiones a sus primeros temas, como en el caso de “Change”, «The Wait” o “Eighties” (cuya melodía plagiaron Nirvana en “Come As You Are”), dedicándose a repasar su discografía en una onda más dura como en “Corporate Elect”, “Pandemonium” o “Asteroid”, dejando en el tintero sus himnos más populares en estas tierras, con buena actitud aunque sonido irregular.
Los galeses Manic Street Preachers realizaron el mejor concierto del día, con un sonido apabullante y un James Dean Bradfield que comentó estar con gripe tomando medicación, pero cuya voz no se resintió en ningún momento. “Motorcycle Emptiness” fue el pistoletazo de salida a una revisión de sus grandes canciones, aderezado con algún tema nuevo como el caso de “International Blue” de su nuevo disco. “You Stole The Sun From My Heart” o “Everything Must Go” fueron aplaudidas por el público, incluso hicieron una versión del “In Between Days” de The Cure ya que Robert Smith los invitó a participar en el Meltdown Festival la pasada semana, donde la interpretaron como agradecimiento. La emotiva trompeta de “Ocean Spray” y el final con “If You Tolerate This” fueron dos momentos gloriosos de su actuación. Chapeau.
En lo que respecta a Kaiser Chiefs, la banda británica ha realizado un cambio desde sus primeros discos hasta la actualidad, pero esas canciones primeras son la base sobre la que sustentan su directo. Himnos contagiosos que son coreados a grito pelado por el público como la inicial “Everyday I Love You Less and Less” o “Na Na Na Na Na”. Intercalaron algunos temas de discos más recientes como “Hole In My Soul” o “Coming Home” cuyos estribillos son también un gancho para cantarlos. En un momento de su actuación, Ricky, el vocalista bajó del escenario a una barra del festival por una cerveza, volviendo a la carrera. La esperada “I Predict A Riot” encaró la recta final, cerrando con “Oh My God” y enfocando el micro hacia la audiencia, un concierto divertido donde el público disfrutó de estas canciones.
El cierre llegó en forma de humo, destrucción, luces estroboscópicas y pirotecnia a cargo de The Prodigy, la banda de Liam Howlett y Keith Flint. Unos enormes focos y cantidad de humo artificial recibieron a la banda, cuyo espectáculo sigue siendo fascinante para aquellos que los hemos visto anteriormente, y los sigo disfrutando aunque se les tache de “bakalas”. Con Maxim arriba y abajo del escenario (bajó también entre el público) soltando sus proclamas, Flint saltando sin cesar todo el rato y soltando Fucking Valencia o My fucking spanish people y Liam oculto tras los teclados, acompañados por un guitarrista y un batería, son todo un espectáculo. Los sonidos estridentes de sintetizador en “Omen” abrieron fuego y se sucedieron las descargas una tras otra sin cesar, con “Wild Frontier”, “Firestarter”, “The Day Is My Enemy” o “Voodoo people”. Esos bajos que se te clavan en las entrañas, las guitarras chirriantes hacen que disfrutes entre el público enfervorizado que vibra con la banda. Como no podía faltar el “Smack My Bitch Up” volvieron para rematar con el bis de “No Good (Start The Dance)”, “Their Law” y “Take Me To The Hospital”, un triplete imbatible con el que finalizó la primera edición del 4ever Valencia Fest. Tomen nota los organizadores de los errores para subsanar en próximas ediciones, todo es mejorable.
Texto y fotos: Carlos Ciurana
En el momento de publicar esta crónica, la organización no había proporcionado el material fotográfico solicitado de los conciertos. Disculpad la calidad de las imágenes.