«Sin música, la vida sería un error», nos ponemos filosóficos y citamos una de las frases de Nietzsche para empezar el relato de lo acontecido el pasado viernes en el Loco Club, donde Nunatak dejaron patente que son una de las bandas del momento. Sería un error no reconocerles su cada vez mayor peso en una masificada escena, donde surgir es difícil, y mantenerse un milagro. Pero estos chicos venidos de Cartagena presentaron en sala su tercer disco «Nunatak y el tiempo de los valientes» (Warner Music Spain, 2018) y dejaron un estupendo sabor de boca consagrando su propuesta. Segunda mención a destacar, en una época donde los festivales proliferan como setas y el circuito de salas es cada vez más enjuto, que se enfrasquen en mostrar su talento en un enclave que les viene como anillo al dedo es digno de mención, y en Loco Club fue testigo de su apabullante directo.
En una noche fría, supieron caldear una sala con un show de menos a más, donde hasta que encajaron su sonido (fue una cosa rápida), enlazaron canción tras canción con una sutileza especial. «Nadie nos va a salvar» y «Bestias sedientas» fueron sus primeros cortes. Ambas canciones han sido lanzadas promocionalmente de manera acústica (sesiones Valientes) pero en formato banda y en directo suenan como una apisonadora. Siguieron con cortes de sus primeros discos «Luz en su voz», «Después de todo» o la épica «Soy Viento, soy fuego». Uno de los momentos más emotivos fue cuando dedicaron el corte que da título a su último disco «El tiempo de los valientes» y se lo dedicaron a todas las mujeres que forman parte del universo de la banda, precioso alegato feminista que tiene un gran calado en los tiempos que corren, ¡bravo!
Vino un momento de delirio colectivo con «A miles de kilómetros» y «Disonancia perfecta» que hizo corear a la sala y llegar a unos niveles de éxtasis colectivo que coronaron con una preciosa versión de Bonnie Tyler y su famoso «Total eclipse of the heart» donde se vio a la banda muy cómoda y en su salsa. Para bajar pulsaciones hubo un pequeño set acústico entre el público, donde con «Solos» llenaron de un silencio sepulcral a una sala que miraba ensimismada el precioso regalo que nos estaban dejando y que pudimos inmortalizar en este vídeo.
El set acústico siguió con «Nubes» que culminaron sobre el escenario de nuevo y cerraron con «El grito» dejando al público pidiendo su vuelta a escena rápidamente, cosa que no demoraron para regalarnos un intenso final del show con «La primera luz», «Sigues en pie», «Aun respira» y un vigoroso final con «Romper el cielo», dejando ya al respetable aplaudiendo a rabiar a unos músicos que avanzan imparables hacia un éxito más que merecido. Y es que propuestas como estas hacen que la música cobre un sentido.
Texto y fotos: Amelia Molina & Xavi Hernández