Rock, electrónica, y toda una galería de ritmos bailables inundaron la Fiesta de Navidad de AndSons el pasado viernes 4 de enero de la mano de dos contundentes bandas valencianas: Linqae y Los Invaders, inaugurando así el escenario de la sala El Loco en este recién estrenado año 2019. El público se hizo algo el rezagado llegando a la sala poco a poco, pero ya a las 23:30 h, con un aforo más que aceptable, los cinco miembros de Linqae irrumpieron sobre el escenario, y lo hicieron llevando a su terreno el tema “One more time”, original de otra banda valenciana: Shining Crane, y con la que Linqae ha colaborado tiñendo este tema de una sonoridad más indie-rock sin perder en absoluto el espíritu bailable. Un inicio que ya auguraba que mantener los pies fijos al suelo iba a resultar una ardua tarea, y es que Linqae demostraron ser unos especialistas en la creación de melodías que se graban a fuego en nuestro propio disco duro interno para impulsarnos al baile casi de un modo instintivo.
Un contagioso riff de guitarra, que nos evocó las melodías más brillantes de Foals, introdujo el tema “Lifting up the ocean”, incluído en su EP del 2015 “Electric Waves», mientras que en la siguiente parada, Linqae nos brindó con un tema recién sacado del horno,“Massive Narcissism”, que, tal y como ya nos deja intuir su título, es una oda contestataria al postureo invasor en estos tiempos de selfies, redes sociales y exhibicionismo. Y de temas recién gestados, pasaron a tiempos más pretéritos con “Magnifier”, de su álbum “Collapse” editado en 2014, tamizado por una atmósfera más tranquila que, paradójicamente, revela cierta intensidad emocional sonora. La primera incursión en su último EP, “Subsoviet”, el cual interpretaron íntegramente, vino de la mano de “Blackout”, donde la impoluta voz de Sergio Alonso se fundió armoniosamente con los coros de sus compañeros de equipo. A estas alturas, Linqae ya había generado un ambiente vivaz, en el que incluso hubo quién se aventuró, intrépidamente, a colgar del micrófono del guitarrista un sujetador de gran cubicaje a modo de broma groupie.
El viaje por «Subsoviet» continuó con todo el quinteto posicionado de espaldas para preludiar la enérgica “Stalingrado”, tras la cual, se maquinaba una sorpresa… Linqae invitó a subir al escenario a Joe Merello, compañero de batallas de Ander Bengoa en sus andanzas junto a Rubick y actual vocalista de Tirano, para versionear uno de los grandes hits de Kasabian: “Fire”, y es que la huella de esta banda británica subyacía en una noche donde el maridaje entre el rock y la electrónica se alzó como protagonista. La redonda y pegadiza “I’m alone with you” parecía que iba a cerrar el concierto con Sergio, el vocalista, repitiendo incesantemente el estribillo; sin embargo, los cinco miembros quisieron extraer la máxima intensidad sonora de su directo con un tema extra, y es que es precisamente en directo donde los temas de Linqae adquieren todo su potencial. Y así “Manipulative Man”, tema que cierra “Subsoviet”, fue también el encargado de poner fin al concierto de Linqae.
La noche y este panegírico festivo continuó con un grupo al que tuvimos la oportunidad de descubrir recientemente en el Festival Deleste: Los Invaders, que aterrizaron directamente desde Saturno al ritmo de “Ghostbusters” sobre el escenario. Y es que, para todos aquellos que todavía no hayan asistido a un concierto de Los Invaders, deben saber que el carismático Michael, junto a sus secuaces Jack Brown, Mesh y Borja, son capaces de desatar una locura casi extática entre el público asistente al ritmo de un rock electrónico de lo más enérgico y bailable. Si bien es cierto, el inicio del concierto se vió un tanto enturbiado debido a los problemas de sonido, ya que apenas podía escucharse la voz de Michael (quién comentó que el acople le estaba aniquilando), y mientras se intentaba solucionar Jack Brown quitaba hierro al asunto con una nota de humor al ritmo del “Misirlou” de Dick Dale & The Del-Tones. Asunto que acabó disipándose gracias al buen rollo y la apabullante apuesta sonora que despliega este cuarteto en directo.
Los Invaders presentaron el EP que lanzaron este pasado año 2018: “Take me home”, interpretando temas con melodías tan vibrantes como “Satisfy” intercalados con otros temas que funcionaron a modo de DJ Session, en los que reinterpretaron temas tan archiconocidos como pegadizos, así el “Rockafeller Skank” de Fatboy Slim, el “Satisfaction” de los Rolling Stones y el “Personal Jesus” de Depeche Mode se fueron entretejiendo dando lugar a una tríada de hits imbatible. El punto ácido lo puso un tema que suelen dedicar a la pandilla de políticos corruptos que campan por el país, pero esta vez prefirieron dedicar el tema a un diccionario, en un claro guiño a esta fatídica homonimia. Así, el single “Jekyll y Mr. Hyde” formó parte del setlist, junto a otros temas como el “I wish you were in my head” (y de nuevo la estela de Kasabian emergiendo en la noche), que enlazaron con el “I wish I was in your head”, donde el “Kernkraft 400” de Zombie Nation tomó varios asaltos. Inmersos en toda esta apología festiva, Los Invaders también tuvieron un invitado de honor sobre el escenario que, ataviado con una túnica y portando un báculo rematado por un pequeño osito de peluche, parecía oficiar algún ritual de origen surrealista bendiciendo a los integrantes de la banda con el pequeño plantígrado místico.
Tras todo este ritual, Los Invaders cerraron el show, pero como toda ceremonia sonora que se precie, la audiencia clamaba los bises, y salieron para iniciar una nueva invocación, esta vez retomando la famosa escena ya de culto de “El Lobo de Wall Street” para convertirla en un rito colectivo auspiciado por Michael, quién incitó al público a cantar al unísono el famoso murmullo del “The money chant” popularizado por Leonardo Di Caprio y Matthew McConaughey aporreánsose el pecho. El concierto llegó a su fin, no sin que una tímida guitarra apuntase las notas del “The House of Rising Sun” para que el público acabase coreando tan legendario himno de The Animals. Una atronadora versión del “Breed” de Nirvana sacó lo mejor de unas guitarras de sonido sucio, y de nuevo los guiños a las bandas sonoras de los 80’ que ya forman parte del imaginario colectivo salieron a la luz con su particular puesta en escena del tema principal de “Superdetective en Hollywood”, mientras Michael paseaba entre el público portando el gran báculo divino.
Thank you Motherfuckeeers!! por esta enérgica velada!
Texto: Patricia Alambiaga / Fotos: Carlos Ciurana