A la felicidad por la sencillez. Rindiendo un personalísimo tributo al minimalismo bien entendido, ese mismo que se fundamenta en la simplicidad y depuración conceptual y que se adecua a la creación y la producción musical -respetando esa canónica máxima electrónica del “menos es más”- en cuanto su proceso compositivo, instrumentación, mezcla, efectos, etc. Este es el principal rasgo diferencial del álbum que presenta ahora el músico valenciano Nacho Marco, uno de nuestros artistas más respetados, celebrados y bailados aquí y más allá de nuestras fronteras geográficas. No por nada es, desde hace más de una década, uno de los talentos nacionales -como DJ y productor- mejor considerados y solicitados en todo el mundo.
‘SIMPLE THINGS’ Y LOUDEAST RECORDS, DOBLE BUENA NOTICIA
‘Simple Things’ -que contiene 10 temas- sale a la luz a través del sello Loudeast Records, en lo que significa ser una doble y buena noticia; la que afecta a la génesis del disco en sí y al feliz regreso a la primera línea de la palestra sonora internacional -y por primera vez en formato largo- de una discográfica de su buen gusto, calidad y exportabilidad. Y, cómo no podía ser de otra manera, esta referencia 41 de L.R. se publica tanto en digital como en vinilo, en una edición limitada de solo 300 copias en color.
‘SIMPLE THINGS’
Este ‘Simple Things’ se baila durante toda la noche. Es una colección de temas con pegada, hechos desde la claridad y la personalidad que caracterizan a Nacho Marco, susceptibles de ser pinchados en muy diferentes momentos y lugares. Exhala, de principio a fin, una natural querencia hacia el dancefloor. Desde la sencillez de la búsqueda de dicho objetivo, su autor -en su estudio Warm en Valencia- ha utilizado diferentes cajas de ritmos -programadas internamente- para cada corte con el fin de, apoyándose también en una mezcla cruda -sobre todo en lo percusivo y los bajos – procurarle al track-list un aire variado -entre digital y analógico- a través del que disfrutar viajando por el deep-house, el nu-disco el acid, etc. y, por ende, en el funk, soul, jazz, etc. De Chicago a Valencia, pasando por N.Y. y Detroit. Y todo ello huyendo de argumentarios y ensayos de estilo. Desde una libertad máxima de creación y disfrute. Sí, estamos ante un trabajo “100% Nacho Marco”.
EL ÁLBUM, TEMA A TEMA
El disco se abre con ‘Movements’, un corte de house melódico; tranquilo, cálido y profundo. Hecho a mano sobre icónicas máquinas amigas -Minimoog, Roland-TR, etc.- que incitan al baile desde la suavidad de su propia y sencilla elegancia. Suena humano porque tiene alma. ‘Spelling’ ese mismo seminal deep-house de raíz norteamericana y centroeuropea -aquí algo más líquido, club y groovero- se deja acariciar por una luminosa melodía sintetizada en loop, delicadamente épica, que le ayuda a elevarse por encima del oyente, del dancefloor, de todo… En ‘Echoes’ nos encontramos con una propuesta inequívocamente house, pero más ácida y nu-disco. El inicial burbujeo de la TR-606 acoge con los beats de par en par a esa melodía sofisticada y encantadora que, poco a poco, va cogiendo las riendas de un tema bailable, cósmico y altamente sensitivo. ‘Háblame’ sube unos grados la temperatura interna del álbum y su inherente querencia clubby a través de un ritmo clásico house, en el que la bella y aterciopelada voz de Natalie Duffy pone el acento soulfulero a un tema que exhala sensualidad chicaguense y frescor mediterráneo desde su primer beat. ‘Simple Things’ ha sido elegido como single por razones obvias, que saltan a la vista tras su primera escucha. House de muchos quilates; sencillo pero mayestático; noctívago, bailable y excitante hasta caer rendidos. Su cálida percusión y la forma de dropear, subir a lo más alto y explotar para caer encima nuestro sonriendo es infalible, contagioso.
Nacho Marco, a través de ‘Kingdom’, contemporaneiza el house de siempre, ese que basa su existir en el hedonismo, el baile y la noche, y se lo trae de nuevo a la vanguardia del clubbing en pleno 2019. Simplemente delicioso. Elegante, sin trampa ni cartón. Aquí todo es de verdad. Y se nota. ‘Pressure’ sube el último peldaño y nos mete de lleno en la pista de baile, ya de madrugada, cuando todo confunde y seduce. Delicados guiños latinos, al más puro estilo Cielo neoyorkino, desatacan en este corte de house abisal al que no le falta ni el clásico piano chicaguero. ‘Shades Of Acid’ es acid-house amable, de manual, del que mandan los cánones. Amanuense y auténtico. Atemporal y respetuoso con los tempos y ritmos de siempre y jamás. ‘Feed My Soul’ tirando de Roland- TR y apoyándose en la voz y letras del holandés Brian Zalmijn -al que conoció en las clases que imparte en el Berklee College of Music- Nacho Marco exhibe su ingente talento y gran conocimiento de causa, firmando este tema de house -rolandista y disco- que fue muy bien recibido hace unos meses cuando vio la calle. Cierra el disco ‘Double Trouble’, el corte más club del disco. Deep house de manual, con fuerte influjo norteamericano, elegante y bailable. Su apacible groove y los diestros sintes, su melodía encanta y destella como el sol de Valencia, nos trasladan a ese espacio ideal en el solaz electrónica alcanza cotas de placer en estado puro. (Fernando Fuentes, febrero 2019)
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