El nuevo ciclo de conciertos San Miguel On Air se presentó en la sala Matisse de Valencia con la actuación de Alice Wonder, una joven cantante madrileña que ha publicado su primer álbum titulado “Firekid” y que hace apenas unos meses debutó en la ciudad en un local alejado tan solo un centenar de metros de este. En aquella primera ocasión vino con su banda (“Bueno, no es mi banda, tocan conmigo” dijo bromeando), y ahora presentaba su disco en formato acústico, primero con piano y más tarde con la guitarra en semi-eléctrico, y su portentosa voz. Alice Wonder se dio a conocer a través de Instagram, donde colgaba versiones de canciones hasta que una agencia la descubrió y la fichó.
Con gran desparpajo y fuerte presencia sobre el escenario, Alice Wonder presentó las canciones de su debut, comenzando al piano con “The World Is Changing”, seguida por “Wash Over” y “Clean Up The Mess”. Estuvo muy comunicativa con el público, recordando su visita anterior a Valencia, y tomando su guitarra eléctrica interpretó “Solid Ground”, que más tarde indicó que no era suya, sino una versión de Alex Vargas. “Por si apareces” es una canción que compuso con su hermana en muy poco tiempo, sobre esas relaciones que no aguantas pero que tampoco puedes pasar de él (o de ella) y pidió al público que cantara con ella una parte, esa que dice “Esta guerra pide paz”, lo que hizo escucharse un coro en la sala.
“La apuesta” es una canción de Guille Galván, compositor de Vetusta Morla, y en la que Alice Wonder ha puesto su voz, realizada para una película titulada “¿Qué te juegas?”, a la que siguió “Playgame”, casi finalizando el concierto. Se le pasó volando el tiempo, al igual que a todos los presentes, cuando llevaba cerca de una hora avisó que le quedaban dos temas. Primero interpretó “Strategy”, con su poderosa voz, muy emotiva, y finalizó de nuevo al piano con “Bajo la piel”, en una interpretación brutal en la que se acompañaba el ritmo con sus pies. La actuación de Alice Wonder ha sido una excelente forma de poner en marcha el ciclo On Air.
Texto y fotos: Carlos Ciurana
