Segunda incursión por tierras valencianas de Esplendor Geométrico, los pioneros de la música industrial española, tras su paso por Tagomago Fest en 2016. En esta ocasión, la sala Agora Club acogió el directo del dúo formado por Arturo Lanz y Saverio Evangelista, acompañados por el live de Noisegg y las sesiones de Cristian G. Martí para comenzar, Pablo Arquiola y Orco cerrando hasta altas horas de la madrugada, conformando un mini festival dedicado a los sonidos electrónicos más agresivos y experimentales. La propuesta obtuvo una buena acogida, mientras la sala iba llenándose paulatinamente, con el punto álgido en la actuación de Esplendor Geométrico, los cabezas de cartel.
Abriendo la velada estuvo a los platos Cristian G.Martí, uno de los dj´s clásicos de Valencia, componente del colectivo Raretraxxx, con más de 30 años de experiencia en las cabinas. Su sesión estuvo compuesta por sonidos ambient, ruidistas y experimentales, creando ambientes malsanos con temas de Polonio, Diseño Corbusier, Portion Control y Human League en sus inicios. Durante un par de horas degustamos estos sonidos, aunque hubo algún momento en que se estancaron por repetitivos, remontando poco más tarde para disfrute general.
A continuación, Noisegg, el proyecto en solitario de Alejandro Sánchez (miembro de las bandas Traidor y Auxilio), realizó un live de sonidos industriales ruidistas creados a partir de instrumentos reciclados (como ralladores de alimentos, limas o destornilladores) y otros como el Minibrute. Sonaron los temas de su cassette publicada por Cintas Cromo, como “Luto” y sus percusiones metálicas sobre la que planean unos teclados siniestros, ofreciendo una actuación breve pero contundente.
Por su parte, Esplendor Geométrico dejaron bien claro, al igual que en su anterior visita, por qué son los padres del industrial en nuestro país, auténticos pioneros en una escena yerma en aquellos años 80, que tuvieron que escindirse del Aviador Dro para dar salida a sus inquietudes. En la actualidad están muy alejados de aquellos sonidos primerizos, que han dado paso a un techno industrial y ritmos tribales sobre los que Lanz articula sus letanías vocales. La publicación de su próximo disco “Cinética” era el motivo por el que acudieron de nuevo a Valencia. El público presente los recibió con aplausos, y Lanz se situó al borde del escenario antes de comenzar, contemplando a la audiencia. Sobre el escenario Lanz se transforma, entrando en trance en ocasiones, en las que se queda con los ojos cerrados, al ritmo de “Regeneración” o “Tenante la ritmon”.
En contadas ocasiones Lanz acompañaba a Saverio a los instrumentos, pero la mayor parte del concierto estuvo a pie de escenario, mientras se proyectaban visuales tras ellos. Hubo una interrupción del sonido, que fue corregida en apenas un minuto, volviendo a la normalidad rápidamente. Esplendor Geométrico sonaron de manera contundente, gracias al equipo de la sala. En “Mosselprom” se quitó la camiseta y no dejó de moverse por todo el escenario, saltando y dando vueltas alrededor del mismo, derrochando energía. Casi al final se quitó el cinturón, lo colocó en su cuello mientras estiraba del mismo, escenificando a un ahorcado. La repetición de ritmos acompañados por distorsiones electrónicas puso punto final a la actuación de Esplendor Geométrico, siempre mirando al futuro.
Texto y fotos: Carlos Ciurana
