Nueva visita de The Chameleons a Valencia, una de las bandas de la década de los 80 más apreciadas en nuestra ciudad, y de regreso a 16 Toneladas donde ya estuvieron en 2017 con el cartel de “sold out”. En esta ocasión con todo el papel vendido una semana antes de la fecha del concierto, ya que interpretaban de manera íntegra su tercer álbum, “Strange Times”, que contenía un par de temas que fueron populares en las discotecas valencianas como “Swamp Thing” y “Tears”. 16 Toneladas ofreció un aspecto inmejorable, lleno pero no agobiante, la capacidad de la sala es la que manda y se cumplió con el aforo de la misma con un público en su mayoría veterano, aunque también se vieron algunos jóvenes seguidores de la banda. Los de Mark Burgess actuaron bajo el nombre de The Chameleons UK, quizá la coincidencia de su Chameleons Vox con un partido político les hizo cambiar la denominación para los conciertos en España.
Como hemos dicho, se enfrentaron al “Strange Times” íntegramente, pero antes y después del concierto Fran Lenaers se encargó de ambientar la velada con temas de Woodentops, New Order, Talk Talk o The Mission, en una sesión más inspirada que en otras ocasiones. Sobre las 23:30 horas subieron al escenario The Chamelons UK, con la misma formación que hemos visto en los últimos conciertos con Mark Burgess al bajo y voz, Chris Oliver y Neil Dwerryhouse a las guitarras, Stephen Rice a la batería y Danny Ashberry a los teclados, para interpretar el tercer y último álbum de su encarnación original, con un sonido nítido y rotundo, no olvidemos alabar las excelencias de la sala en cuanto a su acústica. En el mismo orden en que aparecen en el disco fueron sonando sus temas, creando una atmósfera sensacional, comenzando con la rotunda “Mad Jack” y los pa pa ra pa de Burgess, las guitarras cristalinas de “Caution”, la delicadeza de “Tears” con el público cantando el Carry Me Home de la letra hasta que a mitad de canción se le unió la batería.
En “Soul In Isolation” Burgess añadió una estrofa de “Eleanor Rigby” de The Beatles, como hace habitualmente, para dar paso a la intensidad de “Swamp Thing”, con ese sonido característico de la guitarra de Chris Oliver, un himno que crece a medida que la canción va transcurriendo hasta el crescendo final. Las guitarras vibrantes de “Time / The End Of Time” con ese estribillo que te pone el vello de punta fue otro de los momentos mágicos de la noche. En “Seriocity” acusamos más potencia en la batería que en la original, para volver a la crudeza de las guitarras en “In Answer” y “Childhood”, finalizando con la atmósfera envolvente de “I´ll Remember” y la versión de “Tomorrow Never Knows” de The Beatles pasada por el filtro de Chameleons.
Tras unos minutos de interludio, volvieron para ofrecer el bis de rigor, con Mark Burgess tremendamente agradecido a Valencia, preguntando al público qué querían escuchar. Algunos pedían “Don´t Fall”, otros “Up The Down Escalator”, pero no interpretaron ninguna de las dos. La primera fue “Monkeyland”, con ese momento cumbre en que la tranquilidad se rompe con “It´s Just A The Trick Of The Light” pronunciado con rabia por Burgess, seguida de “Second Skin”, otra memorable canción en la que todo el público coreaba el riff de guitarra, cediendo el bajo a Ashberry. Por último, Burgess preguntó cuál era su grupo favorito de Manchester, alguien dijo Joy Division, respondiendo “No, no son Joy Division”, interpretando “Ever Fallen In Love” de Buzzcocks, a modo de homenaje al fallecido Pete Shelley con la que cerraron otra noche memorable.
Texto y fotos: Carlos Ciurana