El futuro ha llegado. El primer largo de Die Katapult, ‘DKXD’, ya está aquí. Un álbum que nos induce a un mundo digital y mecanizado protagonizado por máquinas. Una especie de universo distópico con el mejor rollo del synth-pop y el electro-pop que parece llegar para revolucionar toda la escena musical tanto nacional como internacional.
Elena Comas (bajo y voz, también en Neleonard) y Anna Fredriksson (sintes, ritmos, voz y vocoder, también en Los Ganglios), o lo que es lo mismo, Die Katapult, han cogido el testigo y describen en ‘DKXD’ un mundo henchido de una idiosincrasia inconsistente y desconcertante, que han aprovechado con una inteligentísima mezcla de surrealismo, dadaísmo, humor y descaro.
Un disco que el dúo ha estado preparando con mimo y a conciencia, cocinado a fuego lento sus canciones y contado para su elaboración con un productor de lujo: Ian Catt (Saint Etienne, The Field Mice, Shampoo, The School, Alpaca Sports…).
A golpe de Google Translator la banda nos transladan a un viaje sonoro por Europa en todos los sentidos posibles: el lingüístico (cantan en alemán, francés, inglés, castellano, italiano, sueco, y de regalo, japonés) y el musical con referencias como Lio, Daft Punk, Kraftwerk, Aviador Dro, Telex, Ladytron o Franco Battiato. Y el resultado no puede ser más excitante, divertido y, sobre todo, tremendamente bailable.
Cada canción nos sumerge en un universo único, con el distintivo de la arrolladora personalidad del sonido de Die Katapult. Porque en el lenguaje musical de Die Katapult no hay prejuicios. Solo hay dianas.
El álbum está disponible en versión digital y vinilo (limitado), y es apto para disfrutar con el cerebro y los pies. Porque lo que han hecho Elena Comas y Anna Fredriksson es un ejercicio de actitud incomparable, hilarante y reflexivo. Una banda de superheroínas retrofuturistas y eurosónicas que vienen a salvar Europa con su música.