Noviembre ha sido el mes elegido por La N Flotante para agitar los escenarios valencianos con el Ciclo Efervescentes, apostando por un puñado de bandas dispuestas a remover conciencias musicales; y fue precisamente el pasado sábado 16 cuando tuvo lugar la segunda cita de este ciclo en la sala Wah Wah de la mano de la granadina Le Parody y el cuarteto valenciano El Futuro Peatón. Dos propuestas perfectas para disfrutar de una velada repleta de sonidos electrónicos sumergidos en una oscuridad magnética.
A medianoche, Irene Villar (voz), Juan Gregorio García (programación), Alfredo Sorlí (teclados, trombón y percusión) y El Autodidacta (guitarras) asaltaban el escenario desencadenando una sutil atmósfera sonora llena de matices inquietantes, arrancaba así El Futuro Peatón con el tema “Gettin Older”, una melodía densa que parece arrastrarse por el subsuelo subyugada por la gélida sensualidad que desprende la voz de Irene. Destaca además la propuesta estética de la banda, y es que extrapolan todo ese hervidero de sonidos dark e industriales a su puesta en escena, donde su frontwoman adquiere una presencia tan contundente como cautivadora: enjaulada en un atuendo de estructura cónica formada por aros, como una versión post-punk del vestuario del Ballet Triádico de Oskar Schlemmer, y describiendo puntuales movimientos mecánicos.
A lo largo del concierto, los Peatones, nos deleitaron con temas que forman parte ya de su repertorio más clásico como “Arrogance is Bliss”, donde la grabación de un tenor va emergiendo entre unos arreglos que nos retrotraen a esos sonidos electrónicos más sombríos del Bristol de los 90’, y nos sorprendieron presentando nuevo material todavía pendiente de publicación: “Ecos”, de melodías claroscuras altamente bailables y con Juangre a los coros finales, y “Asesinos Rurales”, un tema basado en una de las composiciones de Alfredo Sorlí, quién irrumpió al frente del escenario a los mandos de un trombón, para la película “Las Niñas” (Manuel Giménez de Llano, 2019) sobre el triple crimen de Alcàsser.
Una parada en el álbum “Panorama de Ojos Abiertos” nos brindó los lúgubres paisajes de “Chernobyl”, con El Autodidacta friccionando las cuerdas de su guitarra con el mástil del micrófono. Los sonidos más atronadores llegaron de la mano de su nuevo álbum “Mr. Shadow”, publicado este mismo año, donde guitarras y voces se vuelven más incisivas en “Christine 53”, mientras que el tema que da título al disco, deambula por terrenos de ritmos más apacibles con una Irene de voz más grave y tocando el ukelele, contrastando con la brutal avalancha sonora que trajo “Fear”. “Greenlight” aportó de nuevo esa calma perturbadora para encadenarse con la sensualidad hipnótica del clásico “Wash your family”. Un pequeño fallo técnico nos impidió conocer otro de los nuevos temas inéditos de El Futuro Peatón, pero acudió al rescate uno de los temas más aclamados del repertorio peatonal: “Látigo Mecánico”, y ya cerrando el concierto un tema ciertamente brillante “Mushroom Queen”, un claro ejemplo de las inquietudes de esta banda por la experimentación musical y su pulsión interpretativa.
¿Puede la tradición flamenca colarse deliberadamente en una rave party y dejar en trance al personal allí presente? Sí puede, y si no que pregunten al público que presenció el concierto de Le Parody, que sí, que éramos pocos pero entregados, porque ante una propuesta musical tan auténtica los sentidos no pueden más que sucumbir y pedir una dosis más. Sole Parody se plantó en solitario sobre el escenario, tras toda esa maquinaria programable, mientras la otra mitad responsable del sonido, Ana, lo hizo desde los controles de la mesa de sonido. La granadina presentaba su último disco “Porvenir”, el cual interpretó prácticamente íntegro, dejando que unos pocos temas de su anterior disco “Hondo” o el single
“Dime” se filtrasen entre el nuevo repertorio.
“Flores”, al igual que en el disco, dió el pistoletazo de salida poniendo en marcha una amalgama de efectos que torna más etérea una voz flamenca integrándose así con una galería de matices electrónicos que parecían sacados de una ensoñación sonora que divaga entre lo sombrío y cierta melancolía, un poco en la línea de la Grimes del “Visions” (2012). Los temas, parecen cobrar vida propia en el directo, como si Sole activase una maquinaria que despierta un ente dormido que se lamenta del dolor, la avaricia, el miedo y el rencor que siembran de vergüenza y engaño la tierra que habitamos. Sin embargo, toda esta lírica de decepciones, que navega en muchos momentos acariciando tonalidades de influencia oriental, araña unos ritmos techno que acaban en brutales crescendos, como aquella que realiza un ejercicio catárquico para ahuyentar los males de este mundo. Bases muy insistentes y oscuras, ritmos hipnóticos, volátiles coros pregrabados y voces que se distorsionaban fueron el eje vertebrador de temas tan contundentes como “La Puerta” o “Plata Fina”, qué barbaridad el tramo final de este tema, imposible no arrancarse a bailar.
Ya afrontando la recta final, comentó Sole que “Porvenir” es un disco de paisajes, donde elementos tan sencillos como las piedras, el agua o los juncos se tornan tan sublimes como esenciales, llegaba así el tema “La Fuente”, donde contrasta toda esa fuerza visceral que desprenden las bases electrónicas más atronadoras con los coros pregrabados de los alumnos del colegio Emilia Pardo Bazán de Madrid, que aparecen dentro de un ensueño musical más cristalino. “El agua es clara” irrumpió con una invocación vocal más aguda, apareciendo unos ritmos centelleantes de cariz oriental y con una poesía a caballo entre el pop, el flamenco e incluso el hip hop. El broche final del concierto lo puso el tema que también cierra el disco “Europa”, que pareció apaciguar los sonidos más contundentes para ruborizar las desvergüenzas del viejo continente mediante unas sonoridades más suaves pero con la misma esencia turbadora que el resto de cortes. La audiencia acabó pidiendo más, pero hasta aquí llegó el trance sonoro en el que Le Parody nos sumergió, así que sólo nos queda cruzar los dedos para que vuelva pronto por estas tierras.
Texto y fotos: Patricia Alambiaga