Crítica de discos: Ela Vin – «Tlazohcamati»


Ela Vin
«Tlazohcamati»
Autoeditado – 2019

Después de haber publicado previamente dos EPs, Solitoria (2016) y Danzantes (2018), Ela Vin, nombre artístico de la cantautora Esther Vinuesa, se lanza al vacío con este Tlazohcamati (2019) que en la lengua nahuatl mexicana significa “gracias”. Un agradecimiento a todas aquellas personas que han servido de inspiración a Ela Vin para la composición de estos temas, en los que han intervenido en la grabación, producción y masterización dos músicos como Cayo Bellveser y Xema Fuertes, toda una garantía de calidad, además de Txema Mendizábal y Óscar Pena , otros dos colaboradores de lujo.

El acordeón de “Danzantes” (como el título de su anterior disco) pone las primeras notas del álbum, con aires porteños seguida de los aromas cadenciosos de “Tú” en clave bossa nova. De ahí pasamos a la introspectiva “Lunática” con su letra muy personal, apoyada por el pedal steel de Txema Mendizábal que le otorga un clima especial, muy atmosférico. La delicadeza de “Déjà Vu” nos transmite una calma y sosiego a la que se añade el clarinete de Óscar Pena para dotarla de emoción. De nuevo suena el acordeón en “Las horas” al que se van uniendo el resto de instrumentos, con especial atención a las notas de piano.

Pasado el ecuador del álbum nos hallamos con “Sancti Petri”, apoyada en una guitarra de aires andaluces, un tema desnudo y parco en instrumentación que se redondea con unos coros que le aportan un aire pausado. De nuevo la voz y guitarra de Esther se adueña de otro tema, “Valtari”, su estado natural, al que le añade unos suaves arreglos de cuerda. En “Ariadna” de nuevo recurre al pedal steel de Mendizábal que aporta un toque etéreo a la canción, para llegar a un tema cantado en valenciano, “Abans de tu”, más rítmico y alegre, cerrando el álbum con “San Ángel”, la canción más luminosa del álbum a nuestro parecer. Con este tercer trabajo, Ela Vin ha dado un paso adelante en el que refleja su madurez compositiva con un disco que rebosa sensibilidad por los cuatro costados, y la convierte en una firme realidad.

Carlos Ciurana

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