Tras «Papi», una primera carta de presentación de lo que será su álbum debut, que se publicará en Raso Estudio después de verano; y de «E daí?», un reggaetón-protesta y una canción que surgió del impulso ante las vergonzantes palabras de Bolsonaro ante la expansión de la pandemia en su país, los brasileños Mandale Mecha sueltan el segundo adelanto de lo que será su primer disco.
«Tiqui Taca» es lo nuevo del grupo brasileño con líder argentina, formado por prestigiosos músicos del circuito del rock duro y el jazz experimental de Brasil, que ya mostró su faceta más tropical en su primer single, un sarcástico reggaetón que buscaba deconstruir la música tropical desde una mirada tan cerca de la new rave como del acid-house: como si de un cruce entre Bomba Estéreo, Santigold, The Prodigy, CSS, Damas Gratis y M.I.A. se tratase. Ahora, Mandale Mecha muestran otra cara mucho más radical.
En esta «Tiqui Taca» muestran una faceta mucho más cerca de la música industrial, con ecos que van desde Einstürzende Neubauten a Nine Inch Nails; entremezclan esas texturas de la música de club berlinesa más oscura y factorial con una mirada que arroja guiños al rock, al dance alternativo, a la tropical new wave o al tribalismo más mecánico pero con un objetivo en común con el single anterior: que sigas bailando hasta que se acabe la pandemia.
El «Tiqui Taca» cambia de bando. No es un deseo, es una orden.
El videoclip, dirigido por Gustavo Koshikumo, miembro de la banda; es un experimento de animación que se funde con imágenes de la propia vocalista de la banda y que plasma el universo psicodélico, enfermizo y ciclotímico de una canción tan cerca de la música electrónica de club más industrial como del marco de la cultura rock.
