Cómo Vivir En El Campo
“Siempre te he amado, nunca he dejado de quererte, toda mi vida es para ti”
El Genio Equivocado – 2020
Con una seductora cadencia comienza el nuevo y cuarto álbum de los madrileños Cómo Vivir En El Campo (tercero publicado con El Genio Equivocado), de extenso título, en una larga introducción de guitarras cristalinas que desemboca en el ritmo trotón de “Starry Belle” para volver a relajarse hasta el final en un fade out. La portada acompaña a los temas del disco, una escena veraniega a cargo del pintor figurativo Jaime Aledo, un disco que repite esquemas con los anteriores. Temas breves, a excepción de unos cuantos que sobrepasan los cinco minutos (en esta ocasión son tres las piezas), grabados y producidos por la propia banda con ayuda de Rubén González Aló, que ha efectuado la mezcla.
El ritmo metronómico de “Por favor, mátame”, resulta casi funky, con una guitarra eléctrica de sonido negroide, que continúa en “Malbaratada”, tema escogido como adelanto del álbum, de hipnótica melodía y una trompeta a cargo de Jordan Hoffman que despunta en el tramo final. La primera sorpresa nos llega con “La partida”, donde cuentan con la voz de Begoña Casado en lo que resulta ser una canción arrebatadora, breve y concisa, seguida por “Refugio del martes”, otra pequeña pieza de orfebrería musical con una letra contagiosa.
En “Caudal” escuchamos de nuevo a Begoña Casado a los coros, mientras Arranz susurra una letra a modo de poema sobre el colchón de un órgano Hammond. Uno de los extensos temas de los que hablamos al principio es “Bodas”, de ritmo pausado, seguido por “De búho a alondra” que se construye sobre una caja de ritmos con una letra ciertamente singular. “Rubí” es una canción seductora, de amplio minutaje donde se escucha la delicada guitarra emulando a unos Roxy Music. Para cerrar, “Razón de amor nº 3” es un corte instrumental de sonido ambiental, con un saxo que se erige en protagonista de la canción. Cómo Vivir En El Campo entregan su álbum más accesible hasta la fecha, y quizá también el mejor, va a ser difícil superarlo.
Carlos Ciurana
