Después de casi tres años del lanzamiento de ‘Tralará’ (2018), Tronco nos sorprende hoy con su nuevo largo: ‘Nainonai’. Un álbum diferente y singular, pero que mantiene el espíritu fresco, la espontaneidad, las letras personales y sinceras y el sentido del humor de Conxita y Fermí.
Y es que hacen falta más grupos como Tronco. Aquellos que, a su manera, con su elocuencia, ingenuidad y simpleza, construyen la cotidianidad desde la fantasía más incomprensible y te adentran en un mundo que no querrás abandonar nunca.
‘Nainonai’ es fantasía e imaginación, pero también una obra de arte de las que salen casi sin querer. Uno de esos discos pequeños que son pura orfebrería, con letras simpáticas y simples y una producción sublime, donde la mano de Eloy Bernal (Neleonard y Die Katapult) ha sido clave para darle al sonido de Tronco la diversidad y la riqueza que requerían.
Un recopilatorio de 13 temas, de los cuales ya conocíamos la rumbera ‘Volveré’ y el sueño mediterráneo de ‘La Casa de Tus Sueños’. Ragatanga, armonías imposibles, ritmos de chachachá, juegos de acordes mayores y menores y hasta una versión de Simon & Garfunkel, con influencias que van desde Rosalía a La Bien Querida, pasando por The Moldy Peaches y Future Bible Heroes.
La portada ha sido diseñada por Andrea Ganuza, inspirada por la película de Martin Scorsese ‘La Edad De La Inocencia’, una de las favoritas de Conxita. El libro que acompaña el vinilo contiene ilustraciones de Lucas Naranjo, basadas en la obra infantil Sapo Y Sepo, Inseparables de Arnold Lobel, y pintadas a mano en acuarela por la propia Conxita.
Un álbum exquisito con el que la banda catalana ha dado un salto cualitativo y, al mismo tiempo, muy reconocible, que sigue la línea de sus anteriores pero con un enfoque más maduro pero que aún así parece un juego. Porque, desde luego, eso es para ellos. Pero como todo buen juego, siempre significa mucho más.
Porque Tronco son mucho más, y tienen un hueco bien guardado en nuestros corazones. Y volverán. Y volverán. Y nuevamente volverán. Y esperamos, nunca se irán.