Si la brujería es «el conjunto de creencias y actividades atribuidos a ciertas personas llamadas ‘brujas’ que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas», sí, Baiuca es un brujo. Y es que magia parece, pero música es: el productor gallego se ha convertido en uno de los alquimistas más importantes a la hora de recuperar músicas y códigos tradicionales y traerlos no solo a un marco contemporáneo, sino futurible.
Tres años después de la publicación de «Solpor», el álbum que lo convirtió en un referente mundial de la folktrónica y en uno de los alquimistas más importantes a la hora de mezclar música tradicional (en este caso, de su Galicia natal) con electrónica de vanguardia y estructuras y melodías pop; Baiuca presenta «Embruxo», un segundo álbum llamado a convertirlo en una figura aún más global en el universo electrónico, y que cuenta con colaboraciones de Rodrigo Cuevas, el grupo de pandereteiras-cantareiras Lilaina, el flautista-gaiteiro Cristian Silva o el percusionista Xosé Lois Romero.
Tras presentar estas últimas semanas los singles «Luar», «Veleno» y «Meigallo» que fueron delineando el universo sonoro y conceptual de su nuevo ejercicio discográfico, y mostrándose absolutamente impredecible pero curiosamente cohesionado en todas las muestras que ha ido presentando; “Embruxo” está llamado a convertirse en uno de los álbumes del año, a la vez que en un ejercicio que redefina tanto el alcance de la música tradicional como de la electrónica de club y que resignifique los códigos de la cultura ancestral gallega.
Y es que el álbum está inspirado por las cantigas y los mitos de la Galicia de siglos pasados: los mitos de las meigas, la brujería y la Santa Compaña están presentes en el espíritu de un cancionero que nos presenta a Baiuca como un alquimista y un mediador entre géneros y generaciones, trascendiendo todos y cada uno de ellos.