Tras el éxito de ‘Hammering Noise’, el artista madrileño Pshycotic Beats descubre un segundo single, de su nuevo álbum ‘Festering’.
Sobre ‘Breathe’ destaca que “es la canción más especial de este nuevo álbum. No sé de dónde ha salido, suelo componer porque lo necesito, si no lo hago me muero, pero rara vez disfruto con mi trabajo y con esta canción parece que ese dolor y esta angustia de estos últimos años tan malos en cuanto a lo personal, que intento sanar mediante la música ha sucedido por primera vez con ‘Breathe’ ”.
‘Breathe’ fue compuesta del tirón. “En ocasiones, melodía y letra te llegan como si te las bajases de un disco duro de canciones ficticio que está en el universo. Y aunque suene cursi decirlo hay veces que parece magia”, confirma Pshycotic Beats. Es el puente perfecto entre esos oldies de Scott Walker -que tanto le gusta cultivar en sus discos- y la electrónica más experimental que quería hacer para su álbum ‘Festering’. También es la primera vez que se atreve a sacar como single una de las canciones menos comerciales que son normalmente las tristes, sombrías y atmosféricas.
‘Breathe’ es una marcha fúnebre, la de la muerte del Physcotic Beats de antes. “Al que hemos matado en mi proceso psicoanalítico, ahora estamos en la parte más bonita de la terapia que es crear a un nuevo yo, bajo mis nuevas reglas y criterios”.
Se trata de la canción más importante de su carrera, junto a ‘Let Me In’ de ‘Dormihcum’ y ‘My Death Is Yours’ de ‘The Black Sea’. “Sí, ‘Breathe’ es la única canción de mi carrera en la que he sentido que había heridas emocionales muy profundas que estaban sanando al hacerla”, desvela.
UNA CARTA A SU “NIÑO YO” CONTESTADAS POR SU “YO ADULTO”
En la letra, le escribe una carta a su “yo niño” y él le contesta con mensajes a su vez a su “yo adulto”. También hay un narrador omnisciente que no quiere desvelar quién es. Y tampoco quiero decir cuáles son las estrofas en las que habla el niño y las que habla el adulto, “porque he exprimido todas las posibilidades a fuego para que no os enteréis de nada y podáis darle vosotros todo el significado que queráis”.
A destacar los “uh uhs” del final en el minuto 2:45” en los que emulando a Siouxsie invita, por primera vez, a una de las bandas capitales en su formación musical Siouxsie and the Banshees.
La portada de ‘Breathe’ es una analogía con la necesidad de relajarse ante el mundo que nos rodea, “y respirar entre tanta tecnología, el yoga y la meditación y el estar aprisionado en uno mismo”, explica.
TODO SOBRE ‘BREATHE’
Pshycotic Beats, sobre el sonido de ‘Festering’, cuenta que ha intentado que suene a un hibrido entre el grupo alemán Propaganda de los 80 (‘P-Machinery’ o ‘Jewel’ eran discos que ponía en bucle desde que tenía cuatro añitos), Nine Inch Nails y la Bjork de ‘Homogenic’. “Todas esos microritmos distorsionados de canciones como ‘Yoga’, ‘Hunter’ o ‘Hidden Place’ me fascinaban. Y Trent Reznor puede que sea el músico al que más admiro en estos momentos de mi vida”.
“QUERÍA SONIDOS QUE FUESEN VOLCÁNICOS, PLACAS TECTÓNICAS QUE SE MUEVEN ENTRE SÍ…”.
Explica que tenía solucionada la parte ochentera y luminosa del proyecto y hasta que llegó el momento de trabajar en ‘The Year Time Stood Still’ no se puso en serio a buscar esos sonidos crujientes a lo Marc Bell de la mejor Björk. “Quería sonidos que fuesen volcánicos, placas tectónicas que se mueven entre sí, el centro de la tierra a punto de estallar; el magma y la actividad volcánica han sido fuente de inspiración”.
“PASÓ LO MÁS BONITO PARA MÍ QUE PUEDE OCURRIR EN EL ESTUDIO CUANDO GRABAS UN ÁLBUM, QUE SON LOS ACCIDENTES”.
Entonces cuando ‘The Year Time Stood Still’ ya estaba terminada, ‘Breathe’ era la única que le faltaba por terminar y estaba descolgada. ”Me funcionaba todo, pero la producción era enclenque y ñoña, y entonces pasó lo más bonito para mí que puede ocurrir en el estudio cuando grabas un álbum, que son los accidentes. Se me ocurrió aplicar la misma librería de samples que yo mismo había creado para ‘The year’ y usarla en ‘Breathe’ sustituyendo a la que tenía y que hacía no funcionar la canción”.
“DE REPENTE AQUELLO SE CONVIRTIÓ EN UN CAÑÓN…”
El resultado es que de repente “aquello se convirtió en un cañón, la base era justo lo que estaba buscando, era ruidista, contundente, sorprendente, en contraposición a esa melodía tan bonita que es casi como una canción de cuna. Entonces se me ocurrió grabar esos coros de monjes, que acompañan toda la canción y que son 16 pistas de armonías que me dieron mucho trabajo. Pero todo encajó”.
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