En ocasiones hay pequeñas grandes joyas sonoras escondidas en el ecuador de la semana esperando a ser descubiertas por curiosos melómanos y sospechosos habituales, que se dejan caer por sus lugares de culto para venerar la música en directo. Y es que la curiosidad es un gran motor de búsqueda para todos los que amamos la música, y así fue como dimos con Jerry Leger & The Situation, olfateando la programación mensual que acechaba a la ciudad. Y no es que Jerry Leger sea un gran desconocido: tiene 13 discos a sus espaldas además de otros proyectos paralelos (a pesar su juventud), un estilo puramente americana, reminiscencias sonoras a Bob Dylan, Hank Williams, Neil Young o incluso Lightnin’ Hopkins; pero era la primera vez que visitaba España, y todo ello no hacía más que sumar alicientes para acercarse a verle en directo un miércoles al Loco Club.
Con una más que aceptable afluencia de público para la noche de un miércoles, muchos de los allí presentes nos habíamos acercado con apenas unas pocas referencias de este músico canadiense, pero con muy buenas expectativas de lo que allí iba a suceder. Jerry Leger acompañado de su banda The Situation irrumpieron sobre el escenario para presentar su último álbum “Nothing Pressing”, publicado el pasado mes de marzo, y lo hicieron con uno de los temas de este nuevo disco, “Kill it with kindness”, una de esas canciones redondas que beben de los clásicos del folk rock americano. El concierto acababa de empezar y ya se percibía que la instrumentación iba a prometer en cuanto a ejecución se refiere, y desde luego la voz de Jerry es de esas voces que una asociaría de inmediato a la cuna del country en pleno estado de Tennessee, como una de esas voces que han nacido predestinadas a cantar country-rock.
La primera parte del concierto rescató un par de temas de su disco de 2019 “Time out for tomorrow” con “Corner light” y del álbum del 2010 “Traveling Grey” con “Is he treating you good?”, para poner el foco nuevamente en su último lanzamiento con “Recluse revisions”, un tema más lento que para el directo se vio despojado de la harmónica y del pedal steel que aparecen en el álbum de estudio, aunque ello no restó magnitud al tema, de hecho, si algo cabe destacar de este concierto fue la impecable factura en la ejecución instrumental de los cuatro músicos en escena, y desde luego el órgano Hammond Sk1 imprimió a las canciones una sonoridad muy auténtica de carácter pretérito.
La mágica “Underground Blues” hizo acto de presencia sacando a relucir el lado más blues del artista y se vistió con nuevos arreglos para el directo, ya que si bien en el disco es un tema acústico, para el directo todos los instrumentos se fueron uniendo a la guitarra progresivamente para acabar con un solo protagonizado por el órgano. En el ecuador del concierto, y casi a modo de entreacto, la banda The Situation abandonó la escena para dejar a Jerry Leger en solitario con su guitarra acústica, aprovechando para comentar que se trataba de temas que había compuesto y grabado en su apartamento: “como no puedo traeros mi apartamento, os traigo estas canciones” bromeaba, y así nos brindó tres temas en acústico, generando un momento más intimista lleno de calidez: canciones delicadas como “Sinking in” sonando ante un público en silencio, hipnotizado por unos acordes y la voz de Jerry, te hacen pensar en el poderoso magnetismo que tienen algunas de las cosas más sencillas. Tras esta calma preciosista, The Situation volvió a salir al escenario interpretando con toda su grandilocuencia sonora “The Big smoke blues”, un tema más rock, con unos coros pegadizos, que animó al público a arrancarse con los primeros bailes; encarando así el tramo final del concierto con temas más rítmicos como “Have you ever been happy?”, un single de melodías luminosas incluido en el último disco.
El buen ánimo del público se iba exacerbando, y el final iba llegando de la mano de “Factory made”, un tema en el que el rock, el folk e incluso el blues se abrazan en un desarrollo brillante que se va prolongando en un crescendo instrumental y una voz más desgarrada, y ante los que el público se acabó rindiendo. La banda al completo abandonó el escenario, pero el público seguía pidiendo más, y así llegó una tanda de bises, donde las primeras filas bailaron y corearon como acariciando ya el fin de semana, ¿qué otra cosa puede hacerse cuando una banda de semejante calidad se arranca versioneando “The kids are alright” de The Who? Y ahora sí, el final llegó con “Read between the lines”, un tema palpitante, intenso, con cierto aire retro, con esos estribillos arrolladores que se cantan con los brazos abiertos, el corazón roto y el alma a punto de estallar: “I don’t love you!! I don’t need you!! ‘Cause I adore you!!” Cuánta intensidad y emoción en una sola canción para cerrar la noche de un miércoles!
Increíble desgustar lo bien que suena toda la banda en directo, la destreza con la que tocan, el fingerpicking de Jerry Leger y la calidez de su voz; algo mágico hay en estos músicos que generaron además un ambiente cómplice entre todos los allí presentes. En conciertos así una se vuelve a casa con un par de discos y con el buen sabor de boca que dejan los buenos conciertos.
Texto y fotos: Patricia Alambiaga