Crónica de conciertos: The KVB + Gamada – 16 Toneladas, Valencia. 25-06-2022


Por fin, tras varios cambios de fecha y sala debidos a la pandemia, el dúo británico The KVB llegaba a 16 Toneladas de Valencia iniciando su gira española de tres fechas que los llevaría también a Madrid y Barcelona, incluidas en el tramo final de su “Unity Tour Europe 2022”. Y es que la gira servía para presentar los temas de su último trabajo “Unity”, nombre inspirado en “Unité d´Habitation”, un edificio brutalista diseñado por Le Corbusier en Marsella y citado en la letra de “Unité”, del que la pareja son admiradores declarados.

En horario de tarde-noche (ya que en sesión de noche había otro concierto) comenzaron con puntualidad los valencianos Gamada, ante un puñado de espectadores que no se perdieron la propuesta del dúo, una posibilidad de descubrir nuevos grupos y que al parecer a muchos no importa, si tenemos en cuenta que el dia anterior actuó una banda americana cerca de la ciudad y todo el mundo estaba allí. Después nos quejamos si las salas no llenan, pero así somos. De todas formas, la sala fue poco a poco aumentando el aforo hasta conseguir una buena entrada cuando llegó el turno de The KVB.

El dúo Gamada interpretó su EP “II” al completo, publicado por Matando al Padre Ediciones / Desorden Sonoro, con una sobria puesta en escena en la que M. se ocupa de la voz, percusión y teclados, y C. a la guitarra extrayendo sonidos de su pedalera de efectos con temas oscuros al estilo de The Sisterhood o Death In June. Comenzaron con “Volver a verte” y “Frontera”, medios tiempos de gran intensidad que ganan en directo, dotándolas de fuerza, seguidas por la emotiva “Invierno”.

La introducción solemne de “Nuevo Orden” nos puso sobre aviso de un cambio de ritmo en su directo subiendo las revoluciones, hasta que tres golpes de batería rotundos dan paso a la guitarra furiosa, desbocada y bailable, en lo que consideramos su mayor hit hasta la fecha. “Silencio” y su furia contenida palpable en la voz dio paso a otro gran tema, “Plata”, otra canción incontestable que puso punto final a la actuación de Gamada, a quienes ya teníamos ganas de ver en directo.

Tras un rápido cambio de instrumentos, el dúo afincado en Manchester The KVB aparecieron sobre el escenario, Nicholas Wood con su guitarra y Kat Day parapetada detrás de su sintetizador polifónico analógico Sequential Take 5 y un módulo OB-6, creando texturas y ambientes. Desde sus inicios en que su sonido era similar a bandas como The Cure ,The Jesus & Mary Chain o Suicide, hasta la actualidad, más tecnificado, ha evolucionado hacia un dream pop y shoegaze, con seis discos a sus espaldas y del que sonaron más de la mitad de canciones de su nuevo “Unity”, dando inicio con la instrumental “Sunrise Over Concrete”, que enlazaron con “World On Fire”, uno de los singles extraidos del álbum. Vista atrás con “Always Then” del disco del mismo título y “On My Skin” perteneciente a “Only Now Forever”, otra de sus composiciones brillantes.

Kat comentó que era su primer concierto en Valencia y estaban encantados con el recibimiento, añadiendo que habían contraído matrimonio recientemente, lo que hizo que el público les ovacionara. De su primer disco escuchamos “White Walls”, “Never Enough” y “Awake” con el ritmo hipnótico del secuenciador y la guitarra distorsionada de Nicholas. Volviendo a “Unity”, pudimos escuchar “Structural Index” con su caja de ritmos de golpe seco y “Unbound” que proyectaba paisajes sonoros acompañado por visuales en una pantalla, creados por la propia Kat.

Ambos se complementan a las voces, unas veces cantando Nicholas y otras Kat, o al unísono, comprobando las miradas de complicidad y la química que existe entre ellos. Anunciaron que pronto saldrá un nuevo disco y se despidieron con la canción preferida de Kat, “Unité”, lo que provocó las quejas del público, pero se guardaban un bis en la manga, cuando aparecieron de nuevo sobre el escenario para finalizar con una tremenda “Dayzed” del álbum “Immaterial Visions” en la que Nicholas hizo uso de la distorsión de su guitarra recordando a los hermanos Reid incluso en la voz y unas notas de teclado chirriante, dejando la guitarra en el suelo mientras manipulaba la caja de efectos. Una velada en la que abandonas eufórico la sala habiendo disfrutado por completo.

Texto y fotos: Carlos Ciurana

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