El pasado viernes inauguramos la nueva temporada de conciertos en la sala 16 Toneladas, donde disfrutamos salvajemente de Parquesvr y descubrimos el talento del valenciano Mestalla en la cara.
Mestalla en la cara, el proyecto de Pau Peris, fue el encargado de abrir una velada donde la afluencia de público se hizo de rogar. El músico, en solitario sobre el escenario con su guitarra acústica y una voz muy especial que va jugando entre modulaciones, nos brindó un puñado de canciones (mención especial para «Mala sangre») donde confluyen la crudeza y el ingenio para desnudar historias y emociones a través de unas letras que te arrollan en forma de avalancha. Un formato acústico para unas melodías que parecen contener un espíritu punk.
Dos años de espera con pandemia incluida para que finalmente Parquesvr pudiesen pisar los escenarios de nuestra ciudad, y así nos hemos plantado en un concierto donde por fin pudimos escuchar los temas de «Talego Quini» y varios adelantos de lo que será su próximo disco.
Y es que es imposible no sucumbir en directo a las melodías pegadizas y a la ironía de las letras que Javi Ferrara berrea sobre el escenario. Porque Parquesvr igual te aplastan a base de guitarrazos atronadores con temas como «Tom Petty», que te ponen a bailar con los ritmos latinos de «Pero» o con la electrónica de la cinéfila «Almodóvor, Amenábor», tema que teclista y frontman abordaron solos en escena exaltando los ánimos de los presentes sobre la pista de baile. Con «Arde, quema, duele» sacaron su lado tierno, y con «Ansiedad» exorcizamos todos esos demonios de la vida moderna que ningún chamán o fórmula química es capaz de erradicar.
La traca final vino de la mano de lo que se ha convertido todo un himno: «Lance Armstrong», momento en el que el escenario se llenó de espontáneos ataviados con maillots ciclistas y ríos de cerveza surcando el suelo, y qué manera de acabar un concierto, con todo el público coreando y saltando un tema absolutamente arrollador. El concierto llegaba a su fin, pero allí queríamos más mandanga eléctrica y empezamos a corear aquello de «una cançoneta i mo’n’anem, eh!«, ¡y así cayó un bis para nuestro goce! Disfrutar de conciertos así te devuelven la vida y la sonrisa. ¡No os los podéis perder en su próxima visita!
Texto y fotos: Patricia Alambiaga
