El recorrido de Los Pilotos siempre ha estado sujeto a los caprichos del destino, de eso hablan en su canción “A tiempo de saltar”, la primera de su nuevo Ep, Reboot. La vida los ha ido llevando, no han hecho honor a su nombre, y se han dejado pilotar por los elementos, haciendo cosas diferentes a cada paso que daban. Las corrientes térmicas de la música instrumental dirigieron su vuelo sin motor hasta Latinoamérica, dónde hicieron buenas migas con los artistas autóctonos y, de aquellos vientos, estas tempestades. Fruto de su anterior trabajo, Alianza Atlántica, surge el nexo con la artista peruana, Pamela Rodríguez, con la que ahora presentan este trabajo dedicado al baile como fuerza liberadora.
Un reinicio que continúa con “La máquina de movimiento perpetuo”, canción experimental de baile hecha a partir de una vieja cinta de cassette encontrada, que contenía sonidos rítmicos del taller mecánico del abuelo de Banin, y que él mismo grabó siendo adolescente. Otra muestra más del carácter azaroso que los persigue.
En la tercera canción brilla el fuego de la contrición, “Te arrepentirás el resto de tu vida”. En ella lamentan no haber sido más resolutivos en algunos momentos, se muestran vulnerables, la continuada falta de decisión les está haciendo mella y se preguntan si, quizá, están soportando demasiado caos con la edad que tienen. Tampoco ofrecen ninguna solución tangible y se refugian en el escapismo de los viajes en el tiempo, típico en ellos.
Desde la ladera bajan los caudalosos ríos del feminismo, antojadizos como son, se dejan arrastrar por la corriente y hacen “Las chicas malas”, el cuarto track de Reboot. Otra canción que incita al baile y al canto grupal, que reivindica el atrevimiento y la valentía como las cualidades femeninas más destacadas.
Tenían que acabar, pero estaban perezosos y no se les ocurría nada en esos momentos. Un amigo que pasaba por allí les propone meter un tema de electrónica instrumental de los de toda la vida, el resultado es “Desfile alienígena”. Para los fans de los primeros discos, piensan los muy ilusos. La canción es un colorido viaje que evoca encuentros con culturas extraterrestres, que nos conduce por una autopista de capas y capas de rutas superpuestas, que varían en cada escucha. Una de esas canciones que son clímax sobre clímax y que vienen perfeccionando desde sus inicios. Otra más para bailar despreocupado, dejando que los pies se alejen de la tierra. Porque, ¿qué es bailar si no es dejarse llevar?
