La formación norteamericana Speedy Ortiz de gira por España


El cuarteto de rock de Filadelfia, Speedy Ortiz, nos visitará en marzo con sus monumentales guitarras y su nuevo disco ‘Rabbit Rabbit’. Un disco que editan a través de Wax Nine, el sello de su vocalista y compositora, Sadie Dupuis. La formación de indie rock norteamericana evoca al mejor muro de sonido guitarrero más 90’s que protagonizaran bandas como Pavement o Built To Spill. Sus avales son muchos: letras mordaces, canciones repletas de emoción, estribillos cautivadores e ingenio musical, así como un activismo que les han hecho merecedores de la atención de la prensa internacional.

Su esperada gira de regreso al Reino Unido y Europa incluye 21 fechas entre las que destacan dos en España que hoy os anunciamos: Madrid (20 de marzo, Wurlitzer) y Valencia (21 marzo, Loco Club). Las entradas ya están a la venta.

Las guitarras retorcidas y las letras imaginativas que definieron ‘Major Arcana’ de 2013, ‘Foil Deer’ de 2015 y ‘Twerp Verse’ de 2018 todavía están presentes, pero las grabaciones de ‘Rabbit Rabbit’ se sienten tan vastas como un paisaje desértico. “Mientras canalizaba escenas y sentimientos de décadas pasadas, quería honrar a las bandas que amaba cuando aprendí a tocar la guitarra, aquellas que me enseñaron a perderme en las posibilidades de este instrumento”, recuerda Dupuis. Speedy Ortiz profundizó en los favoritos musicales de sus miembros (el post-hardcore, la escena de Palm Desert, el metal alternativo) llevando la ágil complejidad de las guitarras y la contundente interacción rítmica entre la batería y el bajo a extremos difíciles y sin precedentes. “Cada voz tiene una narrativa”, comenta Doubek sobre el trabajo llevado a cabo en los arreglos. «Hay mucho sentimiento y melodía que interpretar, y mucho espacio para expresarlos”. La banda presentó como adelanto de su primer disco en más de cinco años los temas “Scabs”, “You S02”, “Plus One” y “Ghostwriter”. Con ellos consiguió elogios en medios de prestigio como The New York Times, Pitchfork, Clash, The Forty Five, Upset y más.

El álbum ‘Rabbit Rabbit’ fue coproducido por la banda con Sarah Tudzin de Illuminati Hotties (quien también mezcló el disco), masterizado por Emily Lazar y Chris Allgood en The Lodge (Nueva York, NY), y fue grabado entre Rancho de la Luna. (Joshua Tree, CA) y Sonic Ranch (Tornillo, TX).

‘Rabbit Rabbit’ también es el primero en contar con los músicos de su gira Audrey Zee Whitesides (bajo) y Joey Doubek (batería), quienes ahora son miembros a tiempo completo junto a Sadie Dupuis (compositora, voz, guitarra) y Andy Molholt (guitarra). ‘Rabbit Rabbit’ es un guiño al encantamiento supersticioso que se repite el primero de cada mes para traer buena suerte. Dupuis adoptó esta práctica cuando era niña, lidiando con el TOC y el trauma, por lo que, cuando comenzó a analizar recuerdos difíciles por primera vez al escribir canciones, le pareció una bendición nombrar el cuarto disco de su banda con esa expresión de suerte y repetición. Pero, en lugar de retomar viejas rutinas, el álbum encuentra a Speedy Ortiz cuestionando las convenciones, lidiando con ciclos de violencia y dinámicas de poder destructivas con ingenio y riffs singulares.

Basándose en influencias literarias que incluyen apocalipsis en el lugar de trabajo, dramas familiares de realismo mágico y biografías de artistas, ‘Rabbit Rabbit’ es el disco más ambicioso y expansivo de Speedy Ortiz hasta la fecha. Las guitarras siguen siendo el foco (el grupo tocó alrededor de 50 de ellas, a través de más de 100 pedales de efectos y 30 amplificadores diferentes), pero la banda también incorporó una amplia gama de sonidos encontrados, probando de todo; desde orinales hasta tarjetas de débito, auto-lavados de coches y pistolas de aire comprimido. Dupuis añadió tonos electrónicos como parte de un ornamentado proceso de preproducción, completado utilizando una restricción sinestésica en la que se sumergió en un color diferente para arreglar cada canción. Como siempre, ella diseñó la carátula del álbum, que es una pintura en técnica mixta de una camioneta envuelta en fuego, una imagen inspirada en los camiones en llamas que dibujaba compulsivamente cuando era niña en terapia.

El resultado es Speedy Ortiz en su forma más potente: melódicamente feroz, sonoramente monumental y rocoso, abrasando la tierra y comenzando de nuevo.

Speedy Ortiz debutó en la forma de grabaciones caseras a cargo de Dupuis en 2011, pero el proyecto en solitario rápidamente se convirtió en una banda de pleno derecho amada en todo el mundo por sus letras mordaces, estribillos cautivadores e ingenio musical, así como por su activismo.

Desde entonces, el grupo ha lanzado una discografía expansiva y amada por la crítica, realizó giras por todo el mundo e inspiró a las próximas generaciones de bandas con composiciones creativas y su defensa de la mejora de condiciones de la industria musical.

Han tocado sobre los escenarios de festivales desde Bonnaroo hasta Primavera Sound, abrieron para artistas de la talla de Foo Fighters o Liz Phair, y se llevaron de gira a artistas como Mitski y Soccer Mommy en algunos de sus primeros torus. En 2016, la banda se mudó de Massachusetts a Filadelfia, y la formación cambió poco después para incluir al guitarrista de gran ingenio sonoro Andy Molholt (Laser Background, Eric Slick), la bajista tremendamente melódica Audrey Zee Whitesides (Mal Blum, Little Waist) y el baterista Joey Doubek (Pinkwash, Downtown Boys). ‘Rabbit Rabbit’ es el primer álbum de Speedy Ortiz que presenta a los miembros de gira como colaboradores plenos.

Sadie Dupuis también se ha mantenido ocupada fuera de Speedy Ortiz, lanzando música en solitario (y colaborando con artistas como Lizzo, The New Pornographers, Ben Lee y Backxwash) bajo el apodo de Sad13. Además, ha publicado y promocionado dos aclamados libros de poesía y ha dirigido el sello y revista literaria Wax One (Spacemoth, Johanna Warren, Melkbelly) dentro de Carpark Records. En sus últimos años de trabajo como escritora y entrevistadora, Dupuis dio con un hilo recurrente entre artistas con historias paralelas a la suya: la música había proporcionado escapismo del abuso infantil, pero esas mismas circunstancias turbulentas habían normalizado los aspectos más sombríos de la industria musical. Estos eran flashbacks que ella había evitado, a veces gracias a las giras constantes. Pero, aunque ‘Rabbit Rabbit’ no se anda con rodeos, ni en sus autorreflexiones ni en sus llamadas, todavía hay una sensación de lucha al frente del disco. Esa energía está alimentada por los esfuerzos activistas de la banda; Molholt y Dupuis son organizadores comunitarios del Sindicato de Músicos y Trabajadores Afines en Filadelfia, que ha trabajado para que haya instrumentos en las prisiones estatales. La banda también ha colaborado con organizaciones como Girls Rock Camps y otros grupos de base durante sus giras.

Mientras escribía este álbum cumplí 33 años, un cumpleaños palíndromo y un número de la suerte asociado al conocimiento”, explica Dupuis. «Quería señalar cómo estaba tomando mejores decisiones a medida que crecía, dejando de lado la ira irresponsable incluso cuando estaba justificada«. La conmovedora inmediatez del álbum se debe en gran medida a la fuerza de la banda como colectivo, el trabajo en equipo hacia un futuro mejor o, como dice Molholt, “la navegación constante a través de los altibajos en busca de un lugar estable donde aterrizar”. Con músculo, melodías pegadizas y solidaridad auténtica, Speedy Ortiz están preparados para enfrentarse a las injusticias de este mundo, con o sin un amuleto de buena suerte.

20 MARZO – MADRID – WURLITZER BALLROOM
21 MARZO- VALENCIA- LOCO CLUB

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